Transcurridos los veinte minutos, James volvió a despertar, y en esta ocasión él ya se encontraba mucho más consciente de lo sucedido. Y el dolor en todo su cuerpo fue más palpable. La mortificación estaba escrito en todo su rostro, sus sentimientos estaba revueltos.
—El medido dijo que te podrías ir a casa mañana por la mañana— Matt le informó, este era todo sonrisas ahora. —¿Necesitas algo amigo?—
Pero James no quería seguir molestando a nadie más, y mucho menos a Matt. —Estoy bien—. Mentiroso, su garganta estaba seca, necesitaba un poco de agua.
Ryan era muy bueno leyendo a alas personas, por lo que ya tenía consigo una botella de agua. —Inclina un poco la cabeza—
James no lo hizo de manera inmediata, él se quedo observando a su guardaespaldas, no lo rechazó. —G-gracias...— Inclinó su cabeza, fue lento y cuidoso en beber de la botella.
—Déjame limpiar esto— Matt tomó un poco de pap