No podía evitar el nerviosismo al tener aquel sobre misterioso en mis manos, mientras sentía la mirada de aquel abogado clavada en mi, esperando a que yo me decidiera a abrirlo para saber su contenido.
Respiré profundo y terminé de abrirlo, saqué un documento que tenía su sellos y las estampillas anexadas requeridas por la ley, comencé a leerlo y en la medida que iba avanzando no podía creer lo que mis ojos estaban viendo.
— ¿Pero qué significa esto?
— Lo que está leyendo señora Ana Paula, es el testamento que dejó el Señor Guillermo Boss donde la nombra a usted como su heredera universal.
— ¡Pero esto no puede ser! Yo no puedo aceptar algo así.
— Déjeme decirle que todos los bienes del Señor Guillermo se encuentran a su nombre, además de las cuentas bancarias y una colección de obras de artes realizadas por él, que se encuentran bajo llave en una propiedad ubicada en París, que también está a su nombre.
Yo no salía de mi asombro, de hecho no podía ni levantarme del sofá. Sabí