Esa misma noche
El timbre sonó fuera de la casa.
Ding… dong…
Al oírlo, Adeline abrió la puerta de inmediato… y se quedó paralizada. Frente a ella estaban Willy, Sven y Andrew, uno de los amigos de Jason. Andrew incluso había sido compañero de clase de Adeline en la preparatoria. Los tres se veían igual de sorprendidos al ver a Adeline en la casa de Jason.
—¿Adeline? —preguntó Willy, desconcertado.
—Oh… Willy, Sven, Andrew —respondió Adeline, aún confundida.
—Willy… ¿este es realmente el hogar de Jason? ¿O nos equivocamos de casa? —preguntaron Sven y Andrew.
—No, no, es aquí. Jason le compró esta casa a mi tío —explicó Willy, todavía sin apartar los ojos de Adeline.
Adeline no supo qué responder.
De pronto, Jason apareció en la puerta.
—¡Llegaron! Pasen —dijo a sus amigos.
Luego, con una sonrisa burlona y casi maliciosa, añadió:
—Adeline… ¿por qué no invitaste a mis amigos a pasar?
“Maldito… así que sí lo hizo a propósito.” Adeline apretó los dientes, furiosa.
Jason llevó a sus amigos