Valerik ni siquiera sabía qué demonios estaba haciendo allí, sentado en un despacho en el que lo habían citado con una pelirroja a su lado, escuchando cada palabra de un documento donde no debería aparecer ni siquiera su nombre.

—Los activos y el liderazgo de la estructura Alexandrov, rutas, lealtades y deudas, se transfieren a Valerik Kozlov únicamente.

Todos dentro del despacho quedaron en silencio con la mirada clavada en el nuevo líder y jefe de la mafia Alexandrov.

La pelirroja a su lado gimió por lo bajo con incredulidad.

Pero la reacción de Valerik fue diferente, una sonrisa se mostró en sus labios, sin embargo, esta no estaba llena de alegría, sino de ironía y rabia que ardía en sus venas.

—Que generoso —ironizó sin cortarse—. Muere y me regala su lista de enemigos.

Eso estaba claro implícito en cada papel, Yaroslav había dejado sus bienes a su mujer, no obstante, esta no podía tocar ninguno pues le pertenecían a Anastasya quien cuando cumpliera 21 años, podría tomarlos.

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