Capítulo 48.
CHRIS
Mi madre está tan cerrada a no decirme nada que por el resto de su horario no hago ninguna pregunta más con respecto a mi pasado. En silencio he intentado varias veces en recordar cómo demonios es que terminé en este lugar, intentando hilar algo que no puedo recordar siendo este ejercicio completamente inútil.
Las enfermeras vienen a revisar mis parámetros, luego a entregarme mi merienda y mi cena, y finalmente el turno de mi madre termina dando lugar a unas cuantas horas en solitario, las cuales necesito realmente.
—Dios, espero que nada le haya pasado a Sophie—menciona mi madre mirando su reloj de la muñeca—. ¿Por qué estará tardando tanto?
Su preocupación es contagiosa.
—¿Siempre suele llegar tarde o algo así?
—Jamás. Sophie es de las personas más puntuales que conozco, además nunca deja su móvil sin responder.
Me acomodo en la cama, observándola con el ceño fruncido.
—¿Hace cuánto intentas comunicarte con ella?
—Más o menos media hora—susurra, revisando su móvil—. Hijo, en s