Tanto Hunter, como el señor Lennox, corrieron hacia el piso psiquiátrico, en busca de respuestas. Allí, encontraron a la señora Lennox, llorando la muerte de sus dos hijos. Verla así de mal, hacia recordar a Miley y como las dos mujeres sufrían a su manera por el amor que habían sentido por la misma persona.
— Cariño, ¿Qué sucede? — pregunta el señor Lennox.— Mi hijo no pudo haber muerto. Por favor, Dios mío. No puedes hacerme esto — dice la señora Lennox con el rostro rojo y su cabello desordenado.— ¿Qué sucedió?— Estaba dormida y despertó dando gritos y llorando por la muerte de sus hijos. — explica la enfermera y Hunter respira profundo.— A este paso, vamos a morir del agotamiento intentando consolar y mantener bien a ellas — murmura Hunter angustiado.— ¿Qu&eacut