—¡Papi, suelta a mi hermano! —gritó Seraphyna, y esas palabras lo volvieron al ahora.
Hugh se liberó y arregló su camisa
—¿Qué sucede contigo, Padre? ¿Me has llamado asesino? ¿Por qué dices que soy un asesino? Dime, ¿Acaso tienes una prueba? —exclamó muy seguro, mientras por dentro temía por si Sebastián la tuviera consigo
Sebastián le miró con tanta rabia, observando su gesto cínico, y teniendo la sospecha interior de que era el culpable de que su gran amigo Astrod ahora estuviese muerto.
—¡Cállate, Hugh! Tu padre está mal, acaba de morir su mejor amigo, Astrod.
—¿Cómo? ¡¿Astrod murió¡? —exclamó como si no lo supiera ya, Sebastián le miró con tal odio, a punto de lanzarse contra él, pero Violeta lo impidió
—Seraphyna, lleva a tu padre a su habitación, por favor.
Seraphyna la obedeció de inmediato y tomó la mano de su padre, Sebastián que estaba débil, lo aceptó y subieron
—¡Espera, padre! Necesito saber porque que me ha llamado asesino —cuestionó Hugh, pero Violeta se puso ant