Pero había creído fuertemente con el alma que su novio la amaba.
¿Ha cambiado tanto desde que se hicieron novios, o Harper misma había cometido un error fatal en su vida al juzgarlo sin conocerlo mejor?
Cerró la ducha, envolvió su cuerpo dolorido en una toalla suave y se acercó al espejo. Pasó una mano alrededor del espejo empañado. Ve que tiene el rostro distorsionado y uno de sus ojos comenzó a hincharse- el que está más cerca del corte profundo que le hizo al estrellarle la cabeza contra el pulido piso.
La puerta del baño vibró.
—Llevas demasiado rato ahí encerrada dentro. Sal y cenemos.
—No tengo hambre, ve a cenar solo.
—Abre la bendita puerta y deja de hacerte la infantil.
Mark, ese hombre enfurecido que parecía listo para destrozarla en cualquier segundo, estaba parado frente a ella cuando quitó el pestillo y abrió la puerta. Además de estar aterrorizada por él, también experimenté una derrota abrumadora.
Siempre había hecho todo lo posible por cumplir con sus reglas, pero él