Capítulo 85: Gratitud mezclada con frustración
Por un instante, Aurora permaneció inmóvil. Pero de repente, Andrews sintió su cuerpo estremecerse. Los sollozos llegaron en oleadas, rompiendo el silencio de la sala. Ahora lloraba copiosamente, aferrándose a la camisa de él como si fuera su única ancla.
Andrews mantuvo el abrazo firme, deslizando la mano por su espalda en un gesto reconfortante.
— Está todo bien… Puedes despertarte, Aurora. Estoy aquí.
Continuó repitiendo esas palabras, dejando que ella llorara todo lo que necesitaba, sintiendo cómo la presión de sus manos se hundía en la tela de su ropa.
Cuando Alice entró en la sala, encontró a Andrews todavía sosteniendo a Aurora en sus brazos. Él no dijo nada, solo levantó la mirada hacia la amiga de su esposa y, con un gesto sutil, le pidió que se acercara.
Alice dudó un instante, pero pronto caminó hacia ellos. Con cuidado, Andrews soltó a Aurora, entregándola a su amiga, quien la abrazó de inmediato. Aurora aún temblaba, pero