24. La clave de lo que usted está buscando
POV ALEJANDRO BALESTRI
La ira y el odio que Aiden Lefevre despertaba en mí ya habían sobrepasado todos los límites de mi paciencia. No importaba si en verdad compartíamos sangre o no; esa duda jamás cambiaría lo que sentía: lo detestaba con cada fibra de mi ser. No lo quería cerca de Irene. No iba a permitir que volviera a herirla, que siquiera respirara el mismo aire que ella sin pagar las consecuencias.
Agradecí en silencio la lealtad incuestionable de Philippe. Su discreción y firmeza habían sido claves para interceptar a Aiden en el momento justo. Gracias a él, Lefevre había entendido, aunque fuera solo por un instante, que aunque yo no estuviera físicamente presente, mis ojos lo vigilaban desde todas partes, como una sombra implacable que jamás lo dejaría escapar.
Dejé que la rabia se enfriara en mi pecho mientras regresaba al hospital. Allí me esperaba Víctor, junto a Alonso, que aún luchaba en su cama.
—Víctor, buenos tardes —saludé, mi voz firme, pero contenida—. ¿Algun