POV: Julian Caldwell
No dejo de dar vueltas en la habitación, lanzando miradas de reojo al mismo punto como si eso fuera a hacerla salir. Finalmente, me harto y vuelvo a golpear la puerta.
—¿¡Qué demonios haces!? —bramo, ya desesperado—. ¡Una mald¡ta hora, Iris! ¿Te estás bañando con velas aromáticas o qué?
—¡Vete al diablo! —grita desde el otro lado, seguido de un golpe sordo—. ¡M¡erda! —masculla después, más bajo.
—¿Qué pasó? —pregunto, alarmado, mientras golpeo de nuevo la puerta—. ¡Sal de ahí ya!
—¡Desaparece! —escupe—. ¿Quién te pidió que te quedaras ahí parado como un imbécil?
—Te recuerdo que vivo aquí. ¡Y que esta también es mi habitación!
—¡Vives aquí por descarado! —responde, furiosa—. ¿Quién trajo su maleta llena de calzones rotos sin pedir permiso? ¡Tú solo!
—Lo que sea —resoplo, exasperado—. ¡Sal de ese maldito baño! ¿O acaso estás masturbándote con un vibrador?
—¡Pues sí! Y para que sepas, al menos el vibrador tiene más tamaño que tú —responde, sarcástica. Ahí pierdo to