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Hoy es el día de la fiesta, y los nervios me están devorando. Me encontraré con Evander en su mansión. Desde que vi aquella noticia sobre él y su prometida en las redes, me prometí a mí misma que dejaría de jugar con fuego. Comprendí que era una batalla perdida. Hay razones por las que va a casarse y por las que se muestra cariñoso con ella en público.
Aun así, mis piernas no dejan de temblar al pensar que nos veremos cara a cara tras aquel beso en su oficina. Ese recuerdo sigue grabado en mi mente. He decidido guardar ese momento como algo valioso, aunque duela.
—Pase —ordeno al escuchar los golpes en la puerta. Ya sé quién es.
Nora entra con el mismo té de siempre. Estos días ni siquiera se ha molestado en disimular. Me trae la misma bebida una y otra vez, convencida de que la consumo, pero en realidad la vierto en el lavabo del baño. No ha hecho nada sospechoso aparte de eso. Actúa amable y servicial, siempre atenta a lo que necesito. Pero sé que lo hace para mantenerse cerca e