La mañana siguiente me levanto antes de Ares.
Abro el armario donde escondí algunos obsequios y los pongo debajo del árbol.
De hecho, no solo hay para él, también le he comprado varias cosas a Caroline, Jared, Helena y el propio Cillian.
Anoche fue divertido y luego de retozar en el sofá unas horas, comimos la cena que no nos defraudó.
Eso antes de volver a la cama.
Estoy dejando los últimos obsequios cuando siento que me tomas desde atrás.
—Feliz navidad —murmuro con una tonta sonrisa.
—Feliz navidad, doc.
Abre la mano y desde atrás me muestra una cajita azul de una reconocida tienda.
Me doy la vuelta y lo tomo.
Dentro hay un colgante de oro rosa y pequeños diamantes redondos. Con los extremos entrelazados.
—Es hermoso, Ares.
—¿Te gusta?
Parece inseguro.
—No sabía qué regalarte.
—Lo que me regales me va a gustar, eso tenlo presente —le guiño —porque vine de ti.
Su sonrisa aparece.
—¿Me lo pones?
Este lo toma y lo hace.
—En cuanto la dependienta lo describió, supe q