El disparo que había sonado había guiado a los policías hasta la caseta. Bianca comenzó a sentir pánico cuando vio a su suegra desplomarse en el suelo y cayendo en un charco de sangre. Se inclinó a su lado y presionó la herida mientras respiraba agitada e intentaba mantener la compostura. -No, no, no.
-Si muero, serás una asesina. ¿Eso es lo que quieres? Muere también conmigo. -La estaba manipulando, pero debía mantenerse con fuerza mental para que la mujer no hiciera con ella lo que quisiera. Escuchò las sirenas y los perros y sonrió. -Te llevarán presa. Compartiremos celda si sobrevivo.
-Te aseguro que no. ¡AQUÍ! ¡ESTOY AQUÍ! -Comenzó a gritar con la esperanza de que la escuchara alguien, ya quería que se acabara aquella pesadilla y luego, con suerte, retomar su amor o irse, si tenía suerte, seguiría con Nathaniel y él aceptaría iniciar de nuevo, si no la tenía, tendría que tomar a su hija y marcharse.
¿Le dejaría él conservar a Olivia? Su cabeza estaba haciéndose un lío y eso