Los Giordano estaban en un momento de paz. Nathaniel estaba encantado con su esposa y su pequeña.
Por tres meses disfrutó de su mujer y su niña y le hacía feliz estar con Bianca y Livie. Bianca ya estaba más que recuperada y también estaba feliz de que su embarazo hubiera llegado a feliz termino y estuviera con su hija. Aunque algo le preocupaba.
Nathaniel jamás había querido hablar de que pasó con su madre para que tuviera que dejar la mansión, siempre daba vueltas y negativas y aquello le daba un mal presentimiento. Estaban en el auto yendo camino a la fábrica de vinos mientras Bianca tenía cargada a Olivia. Nathaniel conducía y ella lo miraba. —¿No crees que debemos hablar?
—Si es sobre Mercedes, no. No es lo mejor hablar de ella. Agradece que la alejé de nosotros. A fin de cuentas es la mejor decisión, créeme.