GLYNDON
En cuanto noto que Hunter está a nada de salir junto con la ayuda de cinco de los policías encargados del lugar, mientras que el resto de sus compañeros se encargan de ayudar a la gente de ese lugar, siento que el aire me falta cuando lo veo alejarse sin nada, por alguna extraña razón las piernas se me congelan y me quedo estática, aunque me obligo a moverme, lo alcanzo y tiro de su brazo, no quiero que las cosas se terminen así después de haber tenido el mejor día de mi vida.
—Hunter —digo.
Él se detiene y la garganta se me encoge al notar cómo su mirada parece demasiado fría y perdida. Me mira por encima del hombro y comienzo a creer que tocarlo ha sido mala idea, ¿qué me pasa? ¿Por qué pienso de este modo?
—¿Qué? —espeta con firmeza.
—Voy con ustedes —logro articular.
Y aunque mi voz no suene tan convincente como otras veces, ya es un buen comienzo el que estoy haciendo.
—No, regresa.
Intenta darse la vuelta y le detengo.
—No sé qué es lo que te pasa, entiendo que e