Capítulo 98. El viaje de sus vidas

El avión privado descendía lentamente sobre el aeropuerto de Atenas, iluminado por el resplandor dorado del amanecer. Paula pegó la frente a la ventanilla, contemplando la ciudad que parecía despertar lentamente entre columnas antiguas y edificios modernos. Santiago, sentado a su lado, la observaba con esa expresión serena que solo él podía dedicarle a su mujer.

-- No importa cuántas veces viaje, contigo todo parece nuevo – murmuró él, rozando con su dedo la mano que ella mantenía sobre el descansabrazos.

Ella lo miró con ojos brillantes, todavía sin creer que aquella era su vida. Dos meses de luna de miel, lejos de todo lo que los había atormentado. Sonrió, inclinándose hacia él para darle un beso suave.

-- Entonces acostúmbrate, porque pienso mirarlo todo como si fuera la primera vez –

La aventura apenas comenzaba.

El itinerario había sido diseñado con cuidado. Atenas, Santorini, Creta, después Venecia, Florencia, la Toscana, y finalmente una villa