Capítulo 33. El Hombre de los Pasos Lentos

Paula se abrazó a sí misma. El miedo se coló en sus huesos como una corriente helada.

-- Es posible que sea así. Pero también es posible acabar con el asesino, si la verdad sale a luz, nos estaremos acercando a él --

-- No es lo que tu abuelo hubiera querido Pau, él no hizo lo que hizo para que tu vengas a ponerte en peligro ahora --

-- Pero ya no soy una niña de tres años, soy una abogada y debo estar donde la ley está --

-- ¿Y qué vamos a hacer ahora? No quiero que nada te pase Pau, seguir con ese juicio solo es un error -- Rodrigo caminó hacia ella, sin prisa, con una decisión marcada en su rostro. Le tomó las manos.

-- Pau vayámonos de acá, vamos lejos. Dejemos que Soler se encargue de su juicio y volvamos cuando todo haya terminada, eso es lo hubiera querido tu abuelo para ti, para nosotros -- ella lo miró con los ojos húmedos.

No era lo que ella quería, estaba muerta de miedo, sí... pero no quería huir de la verdad.

De pronto un mensaje