28. No eres lo que dejas ver
Estoy en el baño buscando en el botiquín tras el espejo, me vi tentada a no agarrar las pastillas y solo irme a mi cama, pero el pensamiento de que mi madre se diera cuenta de que no las tomé y descubriera mi mentira me hizo sentir el doble de culpable, ahora mi cabeza solo daba vueltas en el hecho de que sin quererlo mentí con que iría a la iglesia en la tarde y terminé yendo a otro sitio, y ahora diciendo que me sentía mal solo para desaparecer de esa incómoda cena.
Niego con la cabeza, en lo que por fin localizo las pastillas que me dijo mamá.
— Tengo que ir a confesarme de nuevo... - no ha pasado tanto desde la última vez que fui y solo estoy acumulando pecados, no puede ser.
— ¿Te sientes muy mal?.- una voz masculina me hace pegar un brinco y hacer movimientos extraños con la tira de pastillas para que no se me caigan, una vez las tengo bien sujetas fulmino con la mirada a Jerry.— Tu madre dijo que te retirabas de la cena porque "te sentías mal"- su tono de voz no me gusta nada