Un leve movimiento en sus pestañas hace que él contenga la respiración. Sasha despierta lentamente, parpadeando con dificultad. Miguel está a su lado, sus brazos fuertes sosteniéndola con cuidado. Cuando ve sus ojos abrirse, las lágrimas vuelven a caer por su rostro marcado por el agotamiento y la desesperación.
— Compañera — susurra, su lobo aullando dentro de él, la alegría consumiéndolo. La conexión con su compañera ha vuelto.
Ella está débil, pero viva. Miguel siente un nudo en la garganta, sus lágrimas fluyendo sin control mientras sostiene su rostro con delicadeza.
Ella intenta hablar, pero su garganta está seca y su voz no sale. Aun así, intenta sonreírle, una sonrisa frágil pero llena de significado. Miguel apoya su cabeza con suavidad sobre su pecho, abrazándola como si fuera lo más preciado del mundo.
Porque lo es.
Siente un alivio tan abrumador que apenas puede respirar. Su corazón late desordenado, los músculos tensos finalmente cediendo mientras las lágrimas recorren su r