Capítulo 245.
El tiempo pasa y la presión del agua poco a poco va comprimiendo los pulmones de los licántropos.
Devon quién quiere resistir en todo momento siente como la conciencia va y viene y una desesperación inimaginable brota de su lobo por saltar y finalmente respirar profundo.
Sus manos comienzan a entumecerse, sus piernas dejan de tener fuerza, pero aun así no puede rendirse, definitivamente debe seguir luchando.
Llegan a la cima del agua, ahí tanto Devon como Jack comienzan a jadear nerviosos por no haber podido respirar durante demasiado tiempo.
Y ahí sobre una roca se encuentran con la madre de Zoe y al fondo el bulto de un cuerpo completamente inconsciente.
— ¡Minerva!— grita Jack desesperado reconociéndola en el instante, al mismo tiempo que comienza a nadar en una lucha por saber que ella se encuentra con vida.
El lobo coloca su rostro sobre el frio pecho de la joven, su corazón late demasiado débil, es demasiado sutil anunciando de forma inminente que le queda poco tiempo.
— Mine