Capítulo 129.
En ese instante, poco a poco sus ojos comienzan a recobrar su capacidad de visión, sus oídos comienzan a escuchar un zumbido agudo, pero ya era algo de mejora, después su olfato comienza a funcionar y de forma automática todos sus sentidos se activan haciéndolo ver su realidad.

Se encontraba en la pequeña habitación de la cabaña en el aquelarre y un escalofrío recorrió por completo al Alfa.

Porque al girar su vista, temiendo lo peor, se encontró con una imagen que jamás podía haber pensado sería una realidad.

Frente a él, estaba Oleika tirada en el suelo, inconsciente con sangre corriendo de sus oídos, de su boca, de su nariz.

— ¡No… no… no… no…!— gritó una y otra vez el alfa volviéndose loco, sintiendo como si estuviera a punto de morir, él la había arrojado sin piedad alguna contra la pared.

Se arrojó de rodillas a un lado de ella.

— Mi amor… mi amor escúchame por favor… reacciona…— Suplicaba él sintiendo que el aire abandonaba su pecho, al mismo tiempo que buscaba la manera de hacer
Alana Aguilar

¿Qué sucederá ahora? Gracias por sus comentarios y me gusta!!! Los quiero... Alana Aguilar.

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