CAPITULO II

Iba en segundo de primaria, su nombre era Miguel Ángel, era un niño de color canela, parecía que estuviera bronceada su piel, ojos cafés oscuros, cabello castaño oscuro, casi estamos de la misma estatura, era muy tímido; así que tenía mensajeros – era importante el niño - y mediante ellos me mandaba a decir que, si quería ser su novia, siempre decía que - no 

Su timidez lo puso en la lista de "sigue participando" 

Ahora que lo recuerdo no se porque me gustaba, supongo que desde entonces me gusta lo raro

En tercero de primaria yo tenía un buen amigo que se llamaba Luis Fernando, era moreno claro, cabello negro, cejas pobladas y negras, pero, lo que no me gustaba de él era su boca, tenía labios muy grandes, creo que por eso no me gustó al principio, a parte que me gustaba su mejor amigo Miguel Ángel. 

Empecé a darme cuenta que me gustaba, cuando fuimos candidatos a reyes - lo cual gané como dama, mi mamá esa vez me dijo que nunca se me ocurriera volver a querer a participar en cosas de la escuela, ya entenderás porque - cuando tomó mi mano para hacer el desfile de presentación, sentí esas dichosas mariposas que dicen, y más cuando me dijo que yo le gustaba, nunca le correspondí, fue la última vez que lo vi porque me cambiaron de escuela. 

"Hay personas que las escondemos detrás de las otras, y a veces nos damos cuenta tarde lo genial que era la persona que escondimos"

De cuarto a sexto de primaria me gustó el mismo odioso niño y eso se convirtió en un pequeño hobby para mi; - ahorita te digo porque - me gustaba porque teníamos varias cosas en común - eso no era verdad, pero nos gustábamos, así que era suficiente - el odioso niño me empezó a gustar desde cuarto, lo sentaron atrás de mi, siempre me estaba molestando, le fascinaba molestarme - creo que ese era su hobby conmigo - siempre me hacía enojar. Y nunca me hacia caso, porque yo siempre me reía – así es soy una risueña andante -   es que la verdad era muy ocurrente y bromista, siempre decía algo que me hacía reír - creo que el aplico el de "hazla sonreír y se enamorara de ti" y si caí - pero, un día se me hizo enojar que le pedí a la maestra que lo cambiara de lugar, y la verdad lo extrañe, hubo un cambio totalmente. 

Pero atrás de mi había otro niño, su nombre era Mario - de hecho, le decían Mario Bross - que con el tiempo me dijo que le gustaba, pero yo lo veía como un amigo, se me hacía tierno, porque era llenito y no se, su manera de ser era tranquilo y bueno. Pero a mi ya me gustaba el odioso, como siempre era muy drástica con mis gustos. 

Todos en mi salón sabían que yo le gustaba, y como tenia tan buenas amigas - se emociona - ellas se encargaron de decirles a todo el salón que también me gustaba, pero yo siempre me negaba; así que era su palabra contra la mía. Pero como él sabia eso, pues cada momento estaba preguntando que si quería ser su novia - todavía no pasaba lo de mi primer error, pero estaba sentenciada - así que siempre le dije que no, aún me decía que podíamos andar ocultos, pero ni así me convenció; siempre le dije que - no y mi argumento era que mis papás no me daban permiso - así no se escucha tan feo

Pero a pesar de mis rechazos, él seguía intentado, continuaba molestándome, recuerdo que un día me caí por estar persiguiéndolo, él me decía cosas y se que lo hacía a propósito; antes solía ser muy impulsiva, me decías algo y mi reacción era pegarte o perseguirte. Creo que fue el primero en mandarme cartas -pero como las odie- porque tenían mi primer nombre, también me compraba cosas, en una ocasión el día de mi cumpleaños fue a mi casa a darme un regalo, era una cadena, estaba bonita, lo malo es que me quedaba corta y pues no me gustan porque siento que me ahorco y pues así 

En quinto de primaria su mejor amigo me mandó una carta, estaba bonita, muy elaborada, tenía mi nombre y preguntaba si quería ser su novia en letras cholas y con dibujos de rosas y corazones flechados, pero no tenía su nombre - admirador secreto - así que le dije al niño que me la dio que le digiera al que se la dio que si podía decirme quién era él, que mandara otra carta - que enredadera - cuando mando la segunda carta y leí su nombre, me sentí pequeña, por mensa, era el único en el salón que dibujaba y escribía así; pero tampoco pude corresponderle, no lo conocía y me gustaba su mejor amigo. 

No se que traía con los mejores amigos de los niños que me gustan jaja 

Pero, en fin, fui obediente, y siempre dije – no, podía gustarme mucho, y en varias ocasiones estuve a punto de decir que – sí, pero mi inalcanzable ser no me lo permitía, era un mujeriego y anduvo con todas las de mi salón, excepto una, que era yo. Por eso el mostrar resistencia era un hobby para mi y demostrar que no soy como las otras. 

Secundaria -se emociona

Mi primer amor platónico de la secundaria -suspira y se enamora otra vez-

¿Cuántos amores platónicos han tenido? 

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