ASHER :
Al terminar la gran batalla estaba loco por ir hacía mí mujer, pero estos lobos no me dan tregua.
– Oye hermano, quita esa cara de amargado la vas a ver en la fiesta, no te mortifiques tanto.
Dice mi hermana burlándose de mí.
– No molestes Alina.
Hablo mientras frunzo el ceño y me dirijo al grupo de lobos que hablaban de temas que no me interesan.
– Señores fue un placer hablar con ustedes, pero es hora de irme... Los espero en la fiesta.
Digo de forma seria.
– Los veremos allá gran alfa de los alfas y recuerde que aún sigue en píe la oferta de mi hija, sé que sería una gran luna.
Sonríe uno de los alfas más viejos.
Ruedo los ojos mentalmente y lo miro fijamente.
– La única que ocupará el puesto de luna, será mi compañera destinada por la madre luna, y espero no volver a repetir esto ¿Le quedó claro?
– Si alfa, no se preocupe no lo volveré a mencionar.
Responde bajando la cabeza en sumisión.
Lo miro por algunos segundos más y me retiro antes de que Anton salga y le arran