Milán.
Miro el número del que me llamaron.
— Perdón... ¿Quién se murió? — para saber mi nombre deber ser de la familia.
— Andrew De Luca — parpadeo un poco.
— ¿Quién?
— Su primo, señor, le notifico para que mañana asista al entierro en la casa de su tío, que tenga buenas noches — cuelga y observo el teléfono.
Mando un mensaje a los chicos en una hora están todos en mi casa menos Miranda y Bar.
— A ver si entendí lo que me está diciendo, Milán, Andrew... ¿Ha muerto? — habla David y asiento.
— Eso me dijo el mayordomo de mi tío... Pero si era un hombre sano, no pudo morir por causa natural — explico.
— Claro que no... Alguien lo mató... — miramos a George sorprendidos.
— Un buena l&oacu