Capítulo 49: Ellos de visita en Alemania.
★Max.
—¿A dónde vas? —me preguntó Vladimir, confundido por mi repentina decisión de abandonar las pláticas en el hospital.
—Debo irme —respondí apresuradamente.
Salí corriendo y detuve el primer taxi que encontré. Sabía a dónde tenía que ir: a casa de Hanna.
Llegué a su puerta y llamé, pero no hubo respuesta. Decidí usar mi llave para entrar. Entré y corrí a su habitación, pero ella no estaba. Entré en el baño y allí estaba ella, con los ojos cerrados en la bañera.
El agua traslucía su figura y me quedé más tiempo del que planeaba, admirando su cuerpo. Sacudí la cabeza y corrí hacia ella, le toqué la frente y noté que aún tenía fiebre, pero parecía más débil que nunca.
—Max, ¿voy a morir? —preguntó ella sin abrir los ojos.
—Sí, lo siento, tu enfermedad es terminal —respondí con tristeza.
—Idiota.
Comenzó a reír, y yo no pude evitar sonreír también.
—Vamos, te revisaré —dije mientras tomaba una bata de baño y ella se ponía de pie.
Me acerqué a ella para ayudarla a colocársela.
—¿Aú