Luego de experimentar un montón de cosas que él me hizo sentir, de gritar, de gemir y perderme en los brazos de quien fuese mi marido por 3 años, no supe en qué momento cerré los ojos.

No supe en qué momento me quedé dormida entre sus brazos, solo sé que acabo de despertar y ya es hora de irme, son las 4:30 am y mis amigos ya deben estar por llegar.

Con sumo cuidado me levanto, de a poco quito sus brazos de mi adolorido cuerpo.

Él está completamente dormido, lo contemplo con total atención, ya que esta será la última vez que mis ojos se posen en este hombre.

Rápidamente, me pongo la ropa que tenía lista, salgo de la habitación sin hacer ruido y camino cuidadosamente por el pasillo.

Entro en la habitación donde había dejado mi pequeña maleta con la que llegué hace 3 años, la tomo y camino a toda prisa por los largos pasillos de este lugar.

Mientras lo hago, miro la enorme casa que nunca fue mía, lo único que realmente he sentido mío son los rosales que sembré y que he cuidado desde que llegue a esta casa.

Camino para salir de esta casa, mis lágrimas comienzan a brotar. Yo intento reprimirlas, pero, por más que lo intento, no puedo.

Han sido más de mil días en los que imaginé. ¿Cómo sería cuando se diera cuenta cuánto lo amo? ¿Cómo sería la vida si él realmente me amara?

Sé perfectamente que lo que acaba de ocurrir hace un par de horas, no significo nada para él, ahora, soy otra de sus conquistas que cayó en la noche, para mí no es así, pero ¿A quién demonios quiero engañar?

En unas horas, cuando se despierte, volverá a hacer lo mismo que cuando fue mi primera vez, se disculpará y no volverá a tocar el tema.

He vivido tantos días aquí que, poco a poco, me fui acostumbrando a la monotonía de esta casa, mientras estábamos solo Christian, Catalina y yo, todo era más tranquilo.

Cuando llegaba doña Miranda White, mi vida se volvía un infierno, uno del que solo al abuelo Walker, podía sacarme.

Han sido tantos días que, en verdad, solita, me llegue a crear una fantasía, una en donde él me amaba, me respetaba y me llenaba de mimos, de atenciones y, sobre todo, me llenaba del amor que por 3 años me ha negado.

Fueron tantos días que, de verdad, me hicieron crearme esa novela, ya que nada de lo que me imaginé era verdad.

Él nunca se detuvo, él nunca cambió, el bien podía pasar frente a mí con cuánta mujer se le ocurría, solo con la intención de lastimarme.

Él jamás cumplió con los votos del matrimonio, él jamás trató de hacer funcionar lo nuestro, ¿Pero qué era nuestro?

Incontables veces han sido las que me ha repetido una y otra vez, que nunca me ha amado, él solo se casó conmigo por obligación, para él solamente soy una escuincla que llegó a su vida para anclarlo, no sé qué le pasó hoy, pero estoy segura de que tan pronto despierte, se arrepentirá de lo que sucedió.

Ja, aún recuerdo las palabras bonitas con las que me endulzó el oído el abuelo Walker, según sus palabras, para él yo era simplemente la pareja perfecta para su hijo nieto.

El abuelo Walker es un hombre trabajador y eso quería él para su nieto, yo encajaba perfectamente en el perfil, no era una chica de dinero, pero eso a él no le importaba.

Aún no sé si lo que tengo en mente sea lo correcto, pero si no salgo de esta maldita familia, seguiré sufriendo humillaciones, una tras otra. Ya sean por parte del personal de la casa, como de la abuela White o de su círculo más íntimo de amigos, ya que para todos solo soy la intrusa que vino a cambiar la vida de Christian.

Todos me ven como el maldito favor del abuelo hacia mí y mis difuntos padres, me siento mal por lo que voy a hacer, pero ya no puedo más.

Voy a extrañar a Catalina, ya que ha sido como una madre para mí, ella es la única que realmente mostraba un interés genuino por mí, aun así, no puedo quedarme solo por ella.

Finalmente, llego a la salida de la casa, caminé por los largos pasillos que hay antes de la entrada principal. 

Una vez fuera, me sorprendo al ver lo fácil que ha sido salir de la casa.

No me tomó ningún tiempo para contemplar algo más, solo caminó a toda prisa, Blanca y Matías ya me deben estar esperando fuera de la mansión.

Ellos son la única familia que tengo, nuevamente, volveremos a ser los 3 mosqueteros, solo que a diferencia de hace 3 años, ellos están felizmente casados y yo, yo estoy por abandonar a mi marido.