Flor Pérez
Me despierto con los primeros rayos de sol, mis ojos me duelen, la cabeza me da vueltas, recuerdo todo lo que leí anoche y me inundan unas inmensas ganas de llorar. Puedo sentir cómo mis ojos se inundan de lágrimas, siento cómo estás resbalan por mis mejillas. ¿Cómo pude ser tan tonta? ¿Cómo pude caer? ¿En qué situación tuve a mis hijos? ¿Y si ese infeliz nos hubiese hecho algo?
Limpio mis lágrimas tratando de olvidarme del tema, cuando siento cómo el brazo de Christian rodea mi cintura, besa mi hombro desnudo, me abraza y puedo sentir su calor. Aquello me hace sentir bien, pero a la vez, provoca que quiera llorar. ¿Cómo fue que llegué a esto? No resisto más y me suelto a llorar con más fuerza.
No sé por qué razón, el recordar me hace sentir totalmente vulnerable, me siento como una chiquilla cuando se pierde, me siento tal como me sentí cuando mis padres murieron. Me aferró al brazo de Christian y continuó llorando, él solo presiona mi cuerpo hacia el de él.
No dice nad