Capítulo III: De regreso.

Le costaba creer que ya estaba de regreso, después de 3 meses huyendo de su realidad y de los problemas que debía enfrentar, porque era consciente que eso era lo que había estado haciendo: huir para no enfrentar a Dominick, quizás era porque no se sintió lista para hacerlo o quizás porque sabía que cuando él la mirada con esos ojos grises cargados de arrepentimiento ella caería ante sus encantos.

¿Por qué negarlo?, no importaba cuánto se hubiera alejado, aún seguía total e irremediablemente enamorada de Dominick Carbajal, su amor no se había construido de la noche a la mañana, había llevado tiempo, sacrificios y enfrentado momentos tantos como buenos malos; por lo que así como llevo tiempo para que naciera también llevaría tiempo causar su mente.

Esos meses en España habían sido divinos, reconfortantes, le habían permitido pensar que era lo que realmente quería para su vida y aunque aún no había tomado una decisión certera, al menos ya tenía una idea de que camino debía seguir.

Había encontrado calma y eso se lo debía principalmente a Miguel, quién había sido su compañero incondicional durante esos meses, sin juzgar y sin pedir detalles, en definitiva Miguel era el mejor amigo y primo que pudiera existir; quizás huir con él había sido una de las mejores decisiones que había tomado en toda su existencia.

Ahora que regresaba a su país natal comenzaba una nueva aventura, un nuevo camino el cual recorrería a pesos lentos pero seguros; había cambiado muchas cosas de ella, de su personalidad, acercándose cada vez más a ser aquella que todos esperaban que fuera.

Era tan difícil cambiar sin perderse a si misma, pero todo era parte de crecer; de evolucionar y aunque no era fácil sabía que podía lograrlo, conseguir un equilibrio entre lo que sentía que realmente era y como esperaban que fuera.

Sabía que la presión estaba sobre sus hombros, una vez más se encontró en el ojo del huracán y ahí estuvo durante mucho tiempo; había dejado de ser Mónic para convertirse en la hija de, la novia de, la nieta de; teniendo que llenar las expectativas de todos los demás, de todos los que esperaban que fuera la gran heredera de la fortuna Malvorich, de los negocios de su padre.

Pero ella era mucho más que eso, era más que una niña rica que esperaba sentada que todo le callera del cielo o mejor dicho de la billetera de su padre, ¡no!, ella no era si, ella tenía carácter, personalidad y estaba acostumbrada a luchar, esforzarse para ganarse la vida y en esta ocasión no sería la excepción.

Ahora más que nunca debía dar todo de si, demostrar que era digna de portar el apellido Malvorich con orgullo, estaba dispuesta a hacer crecer los negocios familiares, demostrando que era más que una cara bonita; quería forjar su reputación a pulso, porque sabía que era lo suficientemente inteligente y capaz para conquistar el mundo y más allá si ella se lo proponía.

Y por eso había decidido regresar, porque no estaba dispuesta a dejarse pisotear por nadie, regresaba para ocupar su lugar, ese que por derecho le correspondía; iba dispuesta a luchar por lo que le pertenecía, porque nunca más iba a huir de sus problemas, nunca más dejaría que sus sentimientos la superarán; por muy hundida que se sintiera, enfrentaría todo con la frente en alto, porque nadie merecía que ella bajará la mirada.

Siempre había sido una mujer determinada, y ese decidido era el momento para demostrarlo, ahora más que nunca debía hacer gala de todo el carácter que poseía Aunque mentiría si negaba estar nerviosa, mentiría al decir que su corazón no latía apresurado ante la idea de encontrarse una vez más con Dominick Carbajal, pero ni siquiera por la bajaría la cabeza, tal vez no sería capaz de perdonarlo; al menos no con facilidad pero debe ser capaz de enfrentarlo, de escucharlo.

—Mónic— la voz de Miguel llegó a sus oídos, suave y calmada mientras sentía un suave roce sobre su mano el cual la obligó a regresar a la realidad, miro fijamente a su primo —ya estamos llegando— aseguro después de escuchar el anuncio que indicaba que en pocos minutos el avión aterrizaría en el aeropuerto central.

—Disculpa, Miguel, estoy un poco distraído— se disculpo, no sabía durante cuanto tiempo había estado hablando con el muchacho; él le dedica una encantadora sonrisa 

—Tranquila, estoy aquí— respondió sosteniendo la mano de Mónic entre la suya, depositando un suave beso sobre sus nudillos.

—Gracias— sabia que sin Miguel en esos momentos se sentiría aún más perdida de lo que ya se sentía, el había sido su calma y su apoyo incondicional, a pesar de no tener que hacerlo, se había comportado como un caballero.

—Pueden desabrochar sus cinturones y comenzar el desembarque, que tendrán un muy buen día— se escuchó un anuncio proveniente de la cabina de pilotos unos minutos después de que el avión aterrizará sin problema alguno.

Mónic se levantó sin mediar palabra, tomando su equipaje de manos que reposaba en el compartimento superior sobre sus asientos, Miguel imitó su acción, siguiendo sus pasos para bajar del avión junto a los demás pasajeros.

Había sido decisión de Mónic no usar el avión privado de su familia, prefería viajar cómo era común; al menos Miguel había logrado convencerla de adquirir boletos en primera clase, a pesar de ahora ser heredará de una de las fortunas más cuantiosas del mundo, Mónic conservaba su humildad y sencilles.

Según como ella lo veía, todo ese dinero y propiedades pertenecían a su padre, ella no había hecho absolutamente nada para merecerlo más que existir, no estaba dispuesta a convertirse en una niña mimada mantenida por su familia, ella saldría adelante por sus propios medios, sin aprovecharse de todo aquello que su padre podría brindarle. 

Ambos bajaron del avión cuando tuvieron la oportunidad, dirigiendose directamente a retirar el resto de su equipaje, donde no tardaron en ser abordados por la prensa.

—Buenas tardes, señorita Malvorich, nos gustaría hacer unas preguntas— se dirigió a una periodista, Mónic suspiró con resignación para luego dedicarle una gran sonrisa.

—Responderé encantada— aún no seba del todo a qué las prensa la abordará constantemente, pero siempre trataron de ser amable y atenderlos con la mejor disposición posible.

—¿Podría decirnos dónde se encontraba durante todos este tiempo?, para nadie es un secreto que a desaparecido del ojo público durante algunos meses— fue la primera pregunta que le tocó responder.

—Estaba en España, atendiendo algunos asuntos relacionados a los negocios de mi padre— mintió, no quería dar detalles de su vida privada y sabía que hablar de los verdaderos motivos de su ausencia sería contraproducente tanto para ella como para los Carbajal, lo menos que deseaba era un escándalo mediático.

—Hemos escuchado rumores de que su relación con Dominick Carbajal se ha terminado, ¿que puede decir al respecto?— esa pregunta hizo que su corazón se contrajera de forma dolorosa, ya había imaginado que los medios notarían su ausencia en la compañía y más aún junto a Dominick.

—Puedo asegurarte que son solo eso, rumores, probablemente de personas mal intencionadas que no soportan la felicidad ajena, es solo que él debe atender sus asuntos; no puede abandonar sus negocios y yo tengo la responsabilidad de ayudar a mi padre— respondió, no sabía si esa era la mejor respuesta, al menos sabía que Dominick no había dado ninguna declaración sobre su relación y había manejado todo con discreción, cosa que ella agradecía infinitamente.

—Entonces no existe ninguna dificultad entre usted— repitió la periodista, Mónic respiro profundamente; resignada, sabía que los rumores siempre estarían presentes en torno a su vida ya la de Dominick.

—Todo va como debería ir, como te dije, nos hemos visto en la necesidad de separarnos por un tiempo por cuestiones de negocios, son situaciones que se nos escapan de las manos— respondió esforzándose por mantener la calma, Miguel se mantuvo en silencio de pastel detrás de ella.

— Hablando de negocios, es una gran sorpresa que el comercial McGreen no halla sido lanzado al aire aún, ¿algún problema laboral con el matrimonio McGreen?— sabía que los periodistas no quitarían el dedo del renglón, la firma McGreen era muy importante y no le quitarían el ojo de encima.

—Para nada, cuando menos se lo esperen ese comercial estará cautivando los corazones de todos, puedo asegurar que todo va de maravilla y saldrá al aire a la brevedad— una vez más mentía, el comercial no siquiera habia comenzado a ser gravado, pero no Podía decir eso, de esa firma dependía la reputación de la compañía de Dominick y no podía ser arruinada por detalles insignificantes que tendrían una pronta solución.

—Ansiamos ver el reencuentro entre el señor Carbajal y usted, ¿sería posible obtener la primicia?— sabía que ese momento llegaría tarde o temprano, todos ansiaban ver a Mónic ya Dominick juntos, aún más despues de 3 meses de ausencia en los medios.

—Me encantaría, pero por los momentos será algo muy íntimo y personal, les prometeré que coordinaremos una entrevista con su canal— le pareció que era la forma más educada de quitárselos de encima.

–Muchas gracias, señorita Malvorich— acotó a la periodista, sonriendo complacida ante la posibilidad de tener una entrevista exclusiva con la pareja del año.

–Mucha gracias a usted, se les quiere mucho de verdad y gracias por el apoyo en torno a nuestras relaciones, Dominick y yo sé lo agradecemos mucho– pronunciar esas palabras le quemaba por dentro, más al saber que un Dominick y ella realmente no existía, no después de haber conocido el dolor de la traición.

–Buenas noches– se despidió Mónic comenzando a caminar junto a Miguel, quien le tomo la mano como señal de apoyo; Quería recordarle que él estaba ahí para apoyarla sobre cualquier cosa, Miguel podía imaginar lo difícil que era para Mónic regresar y tener que enfrentar todo eso.

El corazón de Mónic latía acelerado ante el regreso a su hogar, se sintió emocionada, sin siquiera imaginar lo que le preparó el futuro, porque no muy lejos de ahí el corazón de su alma gemela latía con la misma intensidad, quizás ansiando el regreso de su otra mitad.

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