He leído suficiente por hoy. No quiero quedarme tanto rato en la oficina. Akira salió y no ha regresado. Su agenda no dice que esté en ninguna reunión, lo más seguro ya está en la casa o divirtiéndose. Será mejor que me vaya de una vez. Al salir de la empresa, el chófer estaba esperándome; supuse que Akira le avisó.
—¿Cómo le fue, Srta. Lisa? —preguntó abriendo la puerta del auto.—Muy bien, supongo.—¿Necesita ir a otro lugar antes de llegar a la casa?—No, no creo.—El Sr. Akira no podrá llegar esta noche a la casa.—No sabes lo feliz que eso me hace.—¿Quiere tomar un café, señorita?—Sí, lo necesito.Llegamos a la cafetería y estuvimos un tiempo en silencio.<