Capitulo 40. Embarazada

No pienso volver a beber en lo que me resta de vida, tengo un dolor de cabeza horrible y un cuerpo gato que no me lo quita nadie.

Me levanto del sofá y veo cómo Edith y Rosa aún siguen dormidas, siento un dolor extraño en mi pecho. Será que a Lucien le pasó algo.

Después de un rato ese malestar desaparece, supongo que habrán herido a Lucien pero no será de gravedad. Salgo del salón y me dirijo directamente a mi dormitorio, necesito con urgencia una ducha y cambiar mi ropa.

No tardó más de quince minutos en estar lista cuando vuelvo, veo cómo esas dos siguen dormidas, por lo que decido bajar a la cocina y pido que me lleven tres desayunos. La bruja mala del mar me mira mal, pero no tiene más remedio que soportarme, aunque Lucien no ha hecho una ceremonia aún para presentarme como Luna, todos pueden percibir que llevo su aroma en mí además de su marca.

—¿Qué es ese olor tan delicioso? —dice Edith levantándose del suelo.

—He traído el desayuno —respondo co