***NARRA NICK***
Monterrey, Nuevo León
El abogado de la fiscalía traía consigo una carpeta y se situó entre nosotros y Roxana quién, no quería por nada del mundo levantar la mirada y ese comportamiento en ella no era normal, más bien debía ser alguna estrategia de su parte o que sus abogados, le habían indicado.
Mi amiga siempre había sido altiva e incluso hasta altanera y ahora mismo, se veía reducida a nada, se veía realmente disminuida. Esperaba que, este poco tiempo que llevaba aquí, la hiciera abrir los ojos y darse cuenta, de los errores que, estaba cometiendo, que confesara que era culpable, de lo contrario no estuviéramos, aquí en este careo.
–Señora Roxana, voy a empezar por usted. Le solicito de su total atención, para escuchar la pregunta, para que posteriormente, me la pueda responder – Le pidió el abogado de la fiscalía – Comenzaré, ¿Es cierto que usted y uno de los imputados, están casados todavía; usted y el señor Camilo Galván?
Por lo menos, en la primera pregunta, no