CAPÍTULO VEINTIUNO
Corrí detrás de Jack sin importarme Jasper lo más mínimo.
— ¡Jack! ¡Jack! — Jack se detiene y se da la vuelta. — ¡Lo siento! No me imaginé que era eso lo que iba a decir.
— Mi hermana es demasiado buena. — Niega con la cabeza.
Me puse triste.
— Y que lo digas... Me siento fatal.
— No es tu culpa. Ven conmigo. — Me indica con su cabeza. — Sé dónde está Rhonda.
Le seguí.
Llegamos de nuevo hasta el Hostal, pero no entramos por la puerta principal, si no que rodeamos la casa hasta llegar a unas escaleras de metal que había en la parte de atrás.
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