Capítulo 3

Pandora lejos de sentirse intimidada por el hombre le intentó dar un cabezazo pero dado que media mucho más que ella fue inútil, él la levantó de los brazos y le dió un apasionado beso. Alessandro bajó la guardia en el momento que sintió que era correspondido sin embargo ese fue su error ya que terminó por recibir tremenda mordida que lo hizo sangrar a torrenciales.

_ ¡Escucha muy bien, vuelves a tocarme sin mi consentimiento y vas a terminar por quedar descuartizado! No soy como las zorras que te abren las piernas como si fueran las puertas del arca de Noé, me largo de este maldito sitio en este preciso momento.

Ella tomó su celular y se fue de ahí, la adrenalina que corría en sus venas era tan grande que ignoró el tamaño de la propiedad en que se encontraba; su único pensamiento era salir de ese sitio. Caminó por un buen rato hasta que encontró la salida, ella siguió caminando por el puente que había para conectar el castillo con la carretera.

Alessandro salió del cuarto y cuando sus hombres lo vieron se sorprendieron, estaba herido, nadie nunca había sido capaz de lastimar a este hombre pero al parecer esa bella mujer se presentó a su vida para romper la racha invicta que el italiano llevaba hasta el momento.

Pandora se miró en el medio de la nada, no sabía donde ir ya que no había ningún tipo de señalización que le indicara el sitio en el que estaba. Tomó su celular para revisar el mapa pero no le dió ninguna ubicación que la guiara, finalmente decidió ir en sentido contrario al castillo y luego de caminar por varias horas fue que llegó a un cartel en italiano que le indicaba que había un pueblo bastante cercano.

Ella caminó aproximadamente dos kilómetros y llegó al sitio, al preguntar por el aeropuerto le informaron que estaba a un kilómetro de distancia. Por suerte habían algunas personas que iban ahí y fue que le dieron un aventón hasta ese sitio.

Una vez que llegaron al aeropuerto cada uno se fue por su lado, Pandora finalmente llegó al jet privado que era de Alessandro. El piloto bajó de ahí y ella se le acercó rápidamente.

_ No cierres que necesito sacar mi maleta, por favor espera un momento y una vez que tenga mis cosas te puedes ir.

_ Tus cosas ya no se encuentran aquí, los empleados del señor Di Salvo se llevaron la maleta junto con todos tus neceseres.

_ Madre santa, incluso mi pasaporte se encontraba ahí _ ella se llevó las manos a la cabeza _ ¿Ahora que hago?

_ Deberías decirle al señor Di Salvo que te devuelva las cosas, le salvaste la vida después de todo así que no creo que tenga problemas a la hora de devolverte todas tus pertenencias.

_ Disculpa que te pida esto, ¿Puedes prestarme algo de dinero? Lo que sucede es que tengo mis tarjetas y el efectivo en mis maletas.

_ Te prestaré sin embargo no cuento con mucho dinero que digamos, espero que me lo devuelvas y disculpa la desconfianza pero no te conozco lo suficiente para saber a ciencia cierta que me vas a pagar.

El capitán le dió el dinero que llevaba encima y cuando lo contó se dio cuenta que no era mucho, le quisó reprochar pero mejor se quedó callada ya que era demasiado noche y necesitaba descansar apropiadamente.

Finalmente llegó a una posada de mala muerte y pagó su estadía por dos días que era lo que iban a demorar, Pandora decidió ducharse sin embargo en el momento que sintió que el agua estaba casi congelada fue que prefirió ir a dormirse.

Flashback

Alessia se encontraba en un cuarto privado en donde muchos cables la rodeaban, al abrir los ojos una enfermera la miró y rápidamente se fue a avisarle al doctor que entró a los pocos minutos.

_ ¿En dónde estoy? _ ella preguntó con dificultad _ ¿Qué me pasó? ¿Quién soy? 

_ Hola, te encuentras en el hospital _ respondió el doctor mientras revisaba sus ojos con una lámpara _ ¿No recuerdas nada? Te atropelló un carro y tu cuñado te trajo hasta acá casi moribunda, estabas embarazada pero perdiste al bebé.

Lo último que el doctor dijo fue que recordó absolutamente todo, la golpiza que le dió Marck y como la había arrojado al contenedor de basura como si fuera algo de esta índole. El dolor de perder a su bebé la volvió loca y a la misma vez en su corazón que terminó por fragmentarse en mil pedazos fue que le dió paso a la rabia.

_ ¡Maldito seas Marck! _ gritó _ esto es tú culpa y solamente tuya _ ella se retorció en la cama _ te juro que me voy a vengar, tarde o temprano lo voy a hacer.

Al final le dieron un sedante que la calmó un poco, empezó a maldecir y el monitor señaló las pulsaciones del corazón que llegaban a 120. El doctor en el momento que miró esto se asustó e intentó calmarla sin embargo fue inútil, el monitor quedó en cero mientras una fina raya se mostraba en la pantalla.

_ ¡Preparen el desfibrilador! _ ordenó _ ¡Código azul, repito, código azul!

Comenzaron a reanimarla y la trajeron de nuevo a la vida, ella logró calmarse y por la comisura de sus ojos se deslizaron dos lágrimas perfectamente redondas. Alessia miró el techo del hospital tan fijamente que no tardó en quedarse dormida.

Fin del flashback

Pandora se despertó agitada, en el momento que miró que eran las tres de la mañana suspiró pesadamente. El dolor que tenía en el área de la herida fue demasiado así que decidió ver si había alguna farmacia que le vendiera un analgésico de venta libre, ella bajó con dificultad las escaleras que crujían bajo el peso de sus pies. 

Al llegar a la recepción miró a la dueña de la posada dormida profundamente, suspiró y decidió salir de ahí para buscar una farmacia. Una vez que encontró una compró una pastilla con el dinero que le sobraba y se fue de regreso adonde se estaba hospedando.

Ella tomó la medicina y en lo que estaba queriendo dormir su celular empezó a sonar, al ver la pantalla miró que era de la central así que le contestó.

_ ¿Qué sucede? Son casi las cuatro de la mañana aquí en Italia _ ella resopló molesta _ ¿Acaso lo que me tienen que decir no puede esperar?

_ Necesitamos informarle que su estancia en Italia se va a alargar, al señor Di Salvo le salieron unos negocios que tiene que atender por ende no van a volar hasta la próxima semana.

_ ¡¿Qué ha dicho?! ¡No, no, esto definitivamente no era lo acordado! Les dije que no me pusieran en este vuelo privado pero se pusieron de tercos. Bien saben que no me gusta estar tanto tiempo en tierra y vienen a salir con esto a última hora.

_ Comprendemos pero quiero informarle que el señor Di Salvo pidió que usted fuera su azafata privada a partir de este momento y la aerolínea aceptó ya que pagó una suma muy generosa por sus servicios; el dinero de este mes ya se le depositó a su cuenta, debe considerarse afortunada de poder encontrar semejante oportunidad sin siquiera buscarla.

_ ¿Dinero? Por favor no me haga reír, el dinero es lo que menos me importa por el simple hecho de que tengo una fortuna en el banco _ ella gritó enfadada _ aquí lo único que me interesa es permanecer en el aire y no en la tierra.

_ Señorita solamente va a ser por seis meses, una vez que miré la suma de dinero que hemos depositado va a comprender las cosas. Me despido ya que eso era lo único que tenía que informarle, adiós y que tenga una excelente estadía en Italia.

La persona del otro lado de la línea colgó y Pandora se puso tan molesta que por un momento pensó que se iba a morir, intentó descansar pero le fue imposible hacerlo por tres motivos. El primero era el dolor punzante que tenía en la herida, el segundo la rabia de la que era presa y por último la preocupación de pasar tanto tiempo en tierra.

Ella se levantó al pensar en que quizás algo de aire fresco podría ayudarle, en el momento que bajó nuevamente esas viejas escaleras de madera se encontró con un hombre muy familiar. Toda su columna vertebral se erizó y pensaba que si realmente aquel tierno apodo que le había dado Alessandro se aplicara a ella probablemente en estos momentos tendría erizada hasta la cola.

Ella bajó la cabeza pero el hombre llegó a ver sus ojos, miró como salió de la posada de mala muerte en donde se iba a quedar por mera casualidad y empezó a seguirla. En sus adentros pensaba si realmente se trataba de esa mujer, ¿Era realmente posible que siguiera viva? No, definitivamente era algo imposible, además Alessia era una mujer con sobrepeso lo contrario a la que tenía de frente que poseía las medidas perfectas.

_ ¡Hey, tú! _ él gritó _ ¡Detente en este momento! ¡Muestra tu rostro de una buena vez si no quieres que te dé un balazo!...

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