Mundo de ficçãoIniciar sessãoSiguiendo El Rastro
Zane estaba en el asiento trasero del auto, su rostro pálido como la cera y el sudor perlándole la frente. Sus manos temblaban sobre sus rodillas mientras luchaba por controlar la creciente ola de dolor que lo consumía desde el pecho hasta el estómago. Un espasmo violento recorrió su cuerpo y, antes de poder contenerlo, se inclinó hacia adelante vomitando sangre oscura en el suelo del auto.
- ¡Mierda! - exclamó Gavin desde el asiento del copiloto, girándose de inmediato con el ceño fruncido. Observó la sustancia espesa y casi negra que manchaba el tapizado - Esto no es bueno.
Ronan, conduciendo con los nudillos blancos alrededor del volante, echó una mirada rápida por el espejo retrovisor. Su mandíbula se tensó al ver a Zane tosiendo y aferrándose el pecho con una expresión de sufrimiento.
- Su enfermed







