Subí a mi cuarto a descansar un poco antes de tener que ir a la misión de cuidar al hijo de la amiga de mamá. El Wi-Fi de la casa estaba activado. Conecté mi celular para ver si había alguna novedad en mis redes sociales. Mi F******k, casi llora al verme. Me había extrañado mucho y el I*******m ni te cuento.
Las notificaciones llegaban a mi teléfono. Eran tantas que hacían que vibrará frenéticamente. Creí que en cualquier momento explotaría. Entré a mi verde y también abandonado W******p. Tenía muchos antiguos mensajes sin leer de grupos a los que me habían agregado mis amigos. También me habían escrito familiares lejanos. Concretamente en el chat con Jenna tenía dos mensajes de ella que no había mirado.
Jen: Nat, recuerda que el sábado es mi boda.
Va a ser en la Iglesia Principal a las