25. Desencadenando la ira de la reina
Mila:
Después de todo lo que había pasado en esa cena especial en la casa del bello Jake y Amanda, decidimos regresar a casa caminando, ya que el trote del carruaje en los caballos me había sobresaltado el estómago y panquecito era muy sensible, gracias al cielo Jake le presto ropa a Harry, se veía tan guapo incluso hasta de plebeyo, era incluso hasta más guapo que de costumbre.
–De noche, Windertrov es precioso, mágico– exclame, mientras caminábamos a un ritmo lento.
–Si, de hecho, a esta hora es hermosa la ciudad, si estas calles hablaran Mila, te contarían todo lo que pensaba cada que las pisaba a esta hora de la madrugada.
Definitivamente esta faceta era la que me derretía por completo, porque así era como se sentía que auténticamente; Harry Wild, era un ser humano como todos, con momentos débiles y que era sensible a lo que podía pasarle.
–Ahora ya no estás solo, el pasado duele y arrastra recuerdos, pero aquí estamos juntos, con un bebé a bordo y esperando a casarnos, todo saldr