Fama y Resaca

Los guerreros que esperaban en la frontera se tensaron al ver a Damian inconsciente en los brazos de Roman y Darius. Al instante, varias manos se deslizaron hacia las armas, los sentidos agudizados ante una posible amenaza. Pero antes de que el pánico se extendiera, Roman levantó una mano en un gesto tranquilizador.

- Está borracho. - Su voz fue firme, pero teñida de diversión - Bebió con Raikhan.

Hubo un momento de absoluto silencio.

- ¿Qué? - preguntó alguien, sin saber si había oído bien.

Darius, que aún cargaba parte del peso de Damian, sonrió con sorna.

- Y no solo eso. Comió carne… sin cambiar.

Los murmullos estallaron entre los guerreros. No tenía sentido. Un vampiro que bebía con un lycan, que comía carne y que encima ganaba una apuesta contra el rey de los lobos.

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