Después de una semana de intensa preparación académica y adaptación a la nueva vida en la universidad, por fin había llegado el tan esperado fin de semana.
Para los estudiantes, era el gran momento, una oportunidad ansiosamente esperada para salir y disfrutar de una experiencia diferente junto a sus profesores, rompiendo con la rutina diaria de clases.
Como ya era costumbre en la universidad, la alarma sonó puntualmente a las 6:00 de la mañana, un sonido familiar que marcaba el inicio de su día.
Al igual que durante la semana, los alumnos se levantaron, se arreglaron con la misma diligencia, tomaron su desayuno en el comedor común y, con el respeto acostumbrado a las naciones, entonaron sus Himnos Nacionales en el patio central.
Tras este ritual matutino, el director de la universidad se dirigió a todos los presentes, ofreciéndoles algunas orientaciones clave para la jornada y dándoles la bienvenida a una nueva aventura.
—Acérquense al estacionamiento para que, por los mismos grup