Mundo de ficçãoIniciar sessãoO CEO Afonso Haward, se envolveu em uma intensa paixão com Elise Monet. O relacionamento proibido entre eles floresce em meio a encontros furtivos e momentos de puro êxtase. No entanto, a vida de Afonso se complica quando Elise revela que está grávida. A notícia da gravidez abala Afoso, que se vê dividido entre sua esposa que também está grávida, Tessa Taylor, e a mulher que mexeu profundamente com seu coração. Enquanto ele tenta lidar com a situação, segredos são revelados e a intensidade dos sentimentos e as reviravoltas que o destino pode proporcionar. Katherine e Anastasia, são duas meias-irmãs que foram criadas juntas, mas sempre souberam que eram diferentes. Katherine sempre se perguntou por que sua mãe as tratava com diferença. Ela queria entender o motivo por trás dessa preferência. Ao longo dos anos, essa diferença de tratamento vai deixando marcas na relação entre as duas irmãs. Porém um segredo do passado e de scobertas do presente vem à tona e a vida delas nunca mais será a mesma. Venha descobrir o desfecho da história em ENCONTROS MARCADOS. Siga a nossa página no Instagram: @bookssecrets2023
Ler maisHISTORIA EN REVISIÓN.
****
— Anne, ¿quieres escuchar una historia?
Cuando el mundo era joven y las manadas estaban aún en su estado más primitivo, un lobo solitario se dedicaba a cantar a la Diosa Luna de forma apasionada. El lobo, cuyo pelaje resplandecía bajo la luz plateada de la luna, cantaba con pasión y devoción que resonaban en los rincones más profundos de la noche. Sus aullidos eran una oda a la belleza y el misterio de la noche, una expresión de amor y admiración por la Diosa que iluminaba el firmamento nocturno.
Noche tras noche, el solitario lobo alzaba su voz hacia el cielo estrellado, y su canto se volvía más conmovedor con cada luna llena que pasaba. La Diosa Luna, que observaba el mundo desde lo alto del firmamento, se sintió profundamente conmovida por la devoción de este lobo. Se preguntaba por qué aquel lobo, una solitaria criatura de la noche, le dedicaba tales elogios y admiración.
Un día, la Diosa Luna decidió descender a la tierra para encontrarse con el lobo solitario. Descendió en forma de una mujer hermosa, con cabellos plateados que brillaban como la luna misma. Se acercó al lobo, cuyos ojos reflejaban la misma luz plateada que la de ella. El lobo, al ver a esta misteriosa mujer, se sintió aún más cautivado por su belleza y nobleza.
En esa noche única, la Diosa Luna le habló al lobo solitario: "Tu devoción y canto me han conmovido profundamente. Nunca antes criatura alguna sobre la tierra había demostrado adorarme de esta manera. Como muestra de mi gratitud, te concedo un don especial".
La Diosa Luna extendió sus manos hacia el lobo, y en ese momento, el lobo sintió una extraña transformación. Su cuerpo se estiró y cambió, adoptando una forma distinta. Se convirtió en un hombre con cabellos negros como la noche y ojos ámbar que brillaban como la luna llena. El lobo se había convertido en un ser humano, pero aún en su interior habitaba aquel ser salvaje que seguía mostrando su profundo amor por la noche y la Diosa.
Y cuando las primeras palabras intentaron salir de su boca, el suave toque de la Diosa sobre sus labios se lo impidió. En su interior, su propio deseo era que, así como hasta ahora, solo ella pudiera entender los deseos más profundos del lobo, sin que nadie más pudiera escucharlos.
— Entonces ¿ el lobo nunca habló? — pregunta la pequela de cuatro años mientras se acomoda en su cama viendo fijamente a su madre.
— Si lo hizo, aprendió a hablar como los humanos, pero guardo su forma más personal de expresar su amor a la Diosa en un idioma que solo ella pudiera entender.
***
— Estamos perdidas — es la queja de su hermana por millonésima vez — te dije que no era una buena idea regresar solas; debimos esperar a los demás.
— Y yo te dije que podías quedarte y esperarlos — responde con cansancio — nunca te dije que volvieras conmigo. Es más, fuiste tú quien se negó a que Wen viniese con nosotras.
— Claro, y cuando lleguemos a casa tú vas a explicar por qué Wen está con nosotras. — es la réplica de su hermana.
— Ya deberías decirle a Papá que son novios — comenta con tono casual — es absurdo que sigan escondiéndose, no siempre podré usarme de coartada para salir… — sus palabras son silenciadas por el aullido cercano de un lobo. Sin perder un segundo, gira su mirada hacia su hermana y nota cómo el rostro de esta pierde la tranquilidad y adopta una expresión de miedo. — ¡hey! – le llama tomando su mano — vamos, estaremos bien. — dice en un intento de calmarla mientras comienza a caminar a paso más rápido, esto sin soltar la mano de la menor. — Si nos damos prisa, llegaremos pronto.
Los aullidos llenaron de nuevo el bosque, por lo que no pudo, sino afianzar aún más su agarre en la mano de su hermana y casi sin darse cuenta, ambas comenzaron a correr. Anne podía jurar que escuchaba las pisadas presurosas del lobo detrás de ellas, pero al volver su rostro, no pudo ver nada. Apenas si habían avanzado unos cien metros cuando el peso de sus pasos se volvió cada vez mayor; los nervios y la fatiga de la carrera no eran buenos para su corazón.
— Anne. — es el bajo llamado de su hermana.
Al voltear, pudo ver a Aisling, su respiración acelerada y su rostro pálido le hicieron saber que la menor no estaba bien.
— Aisling, Aisling mírame — deteniendo sus pasos, toma a su hermana por los hombros. Los aullidos estaban cada vez más cerca.
— Ya no puedo. — es la respuesta entrecortada de la menor.
— Sé que tienes miedo, pero no podemos quedarnos, tenemos que irnos. — Aun cuando su propio miedo está a flor de piel, necesita calmar a su hermana. — Debes intentarlo.
— No puedo — es la respuesta que recibe; el tono entrecortado de Aisling deja claro que el miedo le está ganando.
— Vete — dice sin vacilar — puedes salvarte.
— No te voy a dejar — es la respuesta de Aisling; sus ojos dejan ver las lágrimas que comienzan a asomar ante la idea de dejar a su hermana.
— Estaré bien — enfatiza soltando su agarre en la mano de su hermana. — Vete — al ver que esta no hace ningún movimiento, calma su respiración un poco al tiempo que su mirada se torna seria.
— ¡Ahora!
La vacilación de Aisling es notoria, pero ambas saben que es absurdo que las dos se queden allí. Puede que aquello solo sea paranoia de ambas y que estén armando un drama sin justificación, pero si es cierto el sentimiento de ser perseguidas, no tiene sentido que se queden juntas, no si hay la posibilidad de que una de ellas se salve del ataque del lobo. Cuando la figura de Aisling se perdió en la espesura del bosque, Annette reunió todas sus fuerzas para ponerse de pie
y alejarse de allí; en esos momentos, intentar respirar era tan complicado que se sentía como si sus pulmones quemaran. Los aullidos se escucharon más cerca, ajustando mejor la capa roja que la cubre, comenzó a alejarse de la dirección de dónde sintió que venían aquellos sonidos, pero cada paso se sentía como si sus pies fueran de plomo; aun así, una fracción de segundo, todo se sintió tan diferente.
“Mía.”
Podría jurar que aquella simple palabra resonó dentro de su cabeza, pero esa idea era algo tan absurdo que no entendía cómo pudo siquiera pensar en ello. A lo lejos, sus oídos captaron el rumor que producía el agua al correr, ¡era el río! El sonido del agua la hizo sentir aliviada. Su padre solía decirle tanto a ella como a Aisling que, si alguna vez se perdían en el bosque, debían buscar siempre el río; seguir su cauce las llevaría a un lugar seguro. Además, si eran perseguidas por algún depredador, el agua podía cubrir su aroma, y en ese momento es lo que necesitaba.
— Por favor… — murmuró por lo bajo. Su corazón estaba cada vez más oprimido, y sus pulmones ya no podían procesar correctamente el aire que recibían. Pero sus esperanzas se renovaron al ver una formación entre las piedras en la orilla contraria del río; razón por la cual hizo un esfuerzo por ir más rápido al tiempo que imploraba que ese espacio fuera suficiente para ocultarla.
“No huyas.”
Puede escuchar de nuevo esa voz en su cabeza, siendo secundada por un nuevo y solitario aullido, solo que este estaba más cerca, casi como si el lobo que lo emitía estuviera a sus espaldas. Por un momento se sintió tentada de volver su mirada y comprobar que no fuese así, pero al mismo tiempo, su instinto de supervivencia le advirtió lo estúpido que sería detenerse, justo ahora que está tan cerca de tener una oportunidad para poder vivir otro día.
“Ven a mí.”
La tela de la capa y el vestido se volvieron pesadas al contacto con el agua, pero agradeció que el paso no fuera profundo y que el agua apenas si alcanzara a llegar hasta la mitad de sus pantorrillas; de haber sido más profundo, era un hecho que el peso de sus ropas le hubiera impedido cruzar o tan siquiera intentar nadar. Cuando alcanzó la formación de rocas, descubrió que el espacio era el suficiente como para permitirle esconderse; acurrucando su cuerpo lo más que pudo contra las piedras, recogió sus ropas en un intento de no dejar ningún indicio del lugar donde se ocultaba, pero de alguna forma, lograba ver lo que ocurría fuera de su improvisado escondite.
“Mi Luna.”
El miedo la estaba volviendo loca, o eso era lo único que lograba pensar al volver a escuchar esa gruesa voz resonar en su cabeza. El sonido de ramas siendo pisadas la llevó a fijar su mirada fuera de aquel espacio; el aire en sus pulmones falló una vez más y el escaso oxígeno que lograba entrar los quemaba. Había estado de cacería con su padre en algunas ocasiones, pero esta era la primera vez que veía un lobo como aquel; incluso podía jurar que aquel lobo debía superar con facilidad los dos metros, su pelaje negro contrastaba con aquellos ojos grises, ojos que podría jurar estaban fijos en los suyos.
Cuando Aisling logró salir de la espesura del bosque, se topó con un grupo de cazadores que regresaban de la fiesta; sin dudar ni un momento, se acercó a ellos para pedir ayuda. Si había una oportunidad de ayudar a Anne, no importa cuán pequeña fuera, debía tomarla sin perder ni un solo segundo.
Anne podía sentir como si su corazón palpitara dentro de su boca; el lobo no se había movido ni un poco desde que se dejó ver en la otra ribera del río. No sabía cuánto tiempo había pasado, lo que sí sabía era que, en ese punto, sus lágrimas ya corrían libremente bañando su rostro.
“Déjame verte, mi luna.”
Sus manos apretaron su cabeza, como si eso pudiera evitar que volviera a escuchar aquella voz. Cerró sus ojos con fuerza en un intento de reforzar aquella idea, pero luego, un escalofrío recorrió su columna y disparó las alarmas de su cuerpo. Abriendo sus ojos, notó que aquel lobo ya no estaba en la ribera, pero eso no la calmó; por el contrario, al no saber en qué parte exacta se encontraba aquel animal, no hizo sino aumentar su preocupación y miedo.
“Déjame acercarme a ti, no debes temerme… Sal de allí.”
Pequeños puntos de colores se dibujaron ante ella, respirar en ese punto se tornó imposible; sus manos sudorosas se sentían frías, los sonidos en el entorno se fueron apagando hasta que todo se volvió silencio y oscuridad.
Elise — Você é novata? — perguntou alguém, me deixando nervosa por não conseguir identificar quem falava. No entanto, tentei agir com naturalidade. — Desculpe-me, é que nunca a vi antes.— Não se desculpe, sou novata, primeiro dia hoje — respondi, tentando parecer segura.— Prazer, sou Natasha — ela se apresentou com um sorriso meigo, e eu já estava impaciente com ela. — Como se chama?— Sou Elise, sua nova colega — respondi, tentando parecer simpática. — Preciso ir, vou medicar o paciente Afonso — completei.— Claro! O paciente precisa do medicamento — Natasha concordou. — Quem sabe mais tarde a gente conversa mais.— Claro — respondi enquanto voltava a caminhar, considerando-a uma mulherzinha irritante.Alguns segundos depois, cheguei no quarto de Afonso, retirei o frasco do meu bolso, preparei a seringa com 15mls e apliquei cuidadosamente no soro dele. Sabia que em alguns minutos ele começaria a sentir os efeitos colaterais.— Eu te avisei que não iria sair impune — aproximei-me
Elise Eu queira que fosse Afonso aqui comigo no lugar de Geraldo. Mas ele prefere ficar com Tessa, Afonso tinha direito de escolha antes de se envolver comigo, agora é tarde para quer consertar as coisas, ele é meu e de mais ninguém. Se ele não vai ser meu, também não será de Tessa. Preciso ter um acerto de contas com Afonso, o bom é que ela facilitou as coisas para mim. Não posso entrar no hospital, avisariam para Tessa, tenho que arrumar um jeito de entrar sem desconfiarem, alguns segundos depois tive uma ideia. Peguei meu celular que estava próximo a minha bolsa e liguei para Alzira, é uma velha amiga que trabalha no hospital que Afonso está.— Alô? — Olá, Alzira — falei assim que ela atende — Oi, Elise — respondeu — Quanto tem que não covesamou, e a garotinha como está?— Está bem, às vezes tira minha paciência, você sabe que não sou muito paciente, mas eu amo a pirralha. Quem está complicando as coisas é o pai dela. — O que aquele CEO gostoso poderia ter feito de tão ruim?
Elise Afonso me desapontou. Em alguns momentos, achei que ele largaria a chata da esposa para ficar comigo e a nossa filha. Ele não agiu como um pai, não mostrou nenhum amor de pai para a minha filha, Anastácia. Ele não esteve presente nos momentos importantes dela - não estava lá quando disse sua primeira palavra, nem quando deu seus primeiros passinhos ou sorriu pela primeira vez. Todos esses momentos passaram sem a presença dele. Já a "filhinha" dele, Katherine, recebeu toda a atenção. Também não cumpriu a sua parte do nosso acordo. Depois de enviar as filmagens para a casa de Afonso, fiquei no meu carro analisando a casa á alguns metros de distância. Vi o momento em que um médico chegou na casa, parece que as coisas estão difíceis no "doce lar". Alguns minutos depois, Afonso apareceu com uma caixa de bombons e um buquê de flores, tentando se redimir com suas "boas ações". Ele é patético, tentando convencer a todos que está agindo corretamente. Mas quem ele pensa que é? Tenho
Tessa Estou em casa, ansiosa por notícias de Afonso. Desejei muito a recuperação rápida dele, especialmente porque minha filha estava sentindo muito a sua ausência. Mesmo que Katherine não o tivesse visto por apenas algumas horas, ela estava habituada a brincar com seu pai antes de sua saída para o trabalho. Neste momento, Afonso não estava aqui.Katherine, com seus olhinhos curiosos, balança a cabeça para todos os lados, e com um sorriso inocente, aponta para a cadeira vazio e pergunta: "Papá? Cadê?" A voz, ainda em formação, se mistura com um balbucio de "pa-pá", enquanto as mãozinhas pequenas gesticulam, buscando a presença dele.— O papai precisou sair cedo, meu amor. Mas quando ele chegar, ele vai brincar muito com você— falou Tessa. Sinto-me péssima em ter que mentir, mas não vou dizer que o papai está no hospital. Ela tem pouca idade para entender.Me questionava sobre como uma criança poderia lidar com toda a complexidade burocr
Tessa chegou na recepção do hospital, ela sabia que seu marido, Afonso, estava hospitalizado e precisava de informações sobre seu estado. A recepcionista, com um sorriso gentil, perguntou o nome do paciente para poder ajudá-la.— Afonso Haward — respondeu Tessa. — Vou verificar no sistema!Após alguns segundos, ela olhou para a tela do computador e encontrou as informações necessárias. Com uma expressão séria, ela informou a Tessa: — Seu marido está na ICU (Intensive Care Unit).— Mas o que aconteceu com ele? — indagou Tessa. — A única coisa que sei é que ele sofreu uma overdose e alguém chamou a emergência — disse a recepcionista. — Mas o Dr. James vai te explicar melhor o que aconteceu.Nesse meio tempo, o Dr. James chegou à recepção, prestes a questionar a recepcionista sobre possíveis informações procuradas por algum membro da família do paciente Afonso Haward. Foi então que a recepcionista informou que Tessa era a esposa do paciente. O médico então solicitou que ela o acompanh
Afonso sentia-se desesperado. Ele decidiu sair um pouco para espairecer e tentar acalmar a mente. Sem ter um destino específico em mente, Afonso acabou parando em um bar famoso da cidade. Ele sentou-se no balcão, estava buscando algo que pudesse ajudá-lo a esquecer os problemas. — Olá, é a sua primeira vez aqui? O que gostaria de beber? — perguntou o barman. — Sim, é a minha primeira vez aqui. Vou querer um uísque forte. O barman preparou o whisky e Afonso o tomou de uma só vez, fazendo uma careta e batendo o copo na bancada. O líquido desceu quente pela garganta, deixando uma sensação de calor. À medida que a noite avançava, Afonso continuou a pedir mais doses de whisky,no entanto, à medida que as doses aumentavam, sua capacidade de discernimento diminuía.Afonso ficava cada vez mais embriagado,a euforia e desinibição tomavam conta dele. Sua mente parecia flutuar em um estado de leveza, como se todas as preocupações e problemas tivessem sido temporariamente esquecidos. No entan





Último capítulo