Ahora Matilda entiende porque Vanessa se le hacía un tanto familiar.

Era novia de Mariano, cuando justo ella comenzaba la universidad. Mariano nunca fue de mostrar afecto públicamente, pero ella lo buscaba hasta debajo de las piedras y lo seguía como su sombra. Eventualmente, Vanessa dejó de aparecer y no supo más ni quiso preguntar. Pero, por lo que vio ahora, Mariano no quería ni mencionarla, por lo que la historia de Gabriel no coincidía.

Matilda le pone sus manos en el pecho intentando empujarlo, “¿Tan mala imagen tienes de mi?

Pasa que… alguien como tú no merece a alguien como yo.

No puedes ver a alguien florecer y mejor que tú porque inmediatamente piensas en pisarlos. No eres tan importante como quisieras, al final eres uno más del montón… en lo laboral y pues, como supuesto hombre.