Me mira durante lo que parece una eternidad, antes de asentir, y no puedo evitar sonreir como una idiota, lo beso, encantada de estar en sus brazos, pero no me regresa el beso, luce tenso y una ligera capa de sudor cubre su rostro
— ¿que pasa? — pregunto, haciendo un puchero y sintiendome cohibida, él sonrie nerviosamente
— Intento pensar en cosas desagradables, pero no puedo — admite, suspirando y dando una mirada fugaz a mis pechos, y ahora soy yo la que está mortificada, me quito de su regazo, srntandome junto a él, pero sin apartarme del todo — Dios — murmura, acomodandose el pantalon
— Lo siento — me disculpo, no había caido en cuenta de la erección que presionaba en sus pantalones, aunque eso explica la forma en que accedió a escucharme ¿eso cuenta como manipulación?
— Me vas a volver loco — se queja, p