Leonardo se rasco la cabeza, él no podía poner en peligro a Olivia, miró a Héctor, y asintió. Leonardo dió dos zancadas se acercó a Olivia, se inclinó y tomó a Olivia de la cintura y la colocó sobre sus hombros.
—¡Leonardo, no!, ¡Bájame! —gritó Olivia, aunque sus gritos eran en vano, Leonardo se encargaría de protegerla, así que la llevaría hasta la segunda plata, y pondría a sus dos mejores hombres a cuidarla.
Paula apenas podía respirar tranquila, la enorme explosión había hecho que su corazón por poco y se saliera de su pecho. Ella terminó de ponerse sus zapatos y salió de la habitación, solo para encontrarse con Leonardo cargando a una mujer sobre sus hombros.
Héctor, venía detrás de Leonardo, el también debía colocar a Paula a salvó, por nada en el mundo permitiría que algo malo le sucediera.
—¿Héctor qué está sucediendo? —dijo Paula al ver que él venía detrás del hombre que cargaba a una mujer en sus hombros.
—Hermosa, ahora no tengo tiempo de hablar contigo, por favor ven conmi