Cap. 22: Velada interrumpida.

Alfredo y Juliana se sobresaltaron, enseguida él reaccionó, la cubrió con su cuerpo.

—Perdón, patrón, no sabía que estaba ocupado.

—¿Qué ocurre? ¿Por qué entras sin tocar? —recriminó Alfredo a uno de sus empleados. Lo fulminó con la mirada.

—Tenemos problemas, se han escapado cuatro caballos, queríamos avisarle.

Alfredo soltó un gruñido.

—Pon a los vaqueros a buscarlo, en unos minutos me reúno con ustedes —ordenó con firmeza.

El hombre asintió y salió.

Alfredo volvió su rostro hacia Juliana.

—Lo lamento, no imaginé que nuestra primera cita se vería interrumpida por un acontecimiento de este tipo. —Le acarició la mejilla—, voy a ir a organizar a los hombres y averiguar cómo escaparon esos caballos.

Juliana asintió.

—No te preocupes, son cosas que suelen pasar. ¿Deseas que te acompañe? —preguntó.

Alfredo negó.

—No deseo exponerte, más bien si no tienes prisa, ¿puedes esperarme? —preguntó sintiendo su pecho agitado.

Juliana percibió en su corazón la misma sensación, su mirada se iluminó,
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