POV SEBASTIANO
Me quedé mirando la puerta cerrada, respirando profundamente, intentando contener la tormenta que se revolvía dentro de mí. Mi madre había cruzado un límite del que no había retorno. Defender a Umberto, exigir un lugar en nuestra cripta para alguien que ni siquiera llevaba nuestra sangre… Era una afrenta no solo a mí, sino a mi padre, al legado Lombardi que ambos habíamos construido con sangre, sudor y sacrificio.
Me giré hacia la ventana, mirando la villa que se extendía bajo la noche. El mar a lo lejos parecía insignificante, como si reflejaran lo vacías que eran las palabras de mi madre. Ella había enterrado a mi padre con esas acciones, y ahora intentaba arrastrar el apellido Lombardi al barro.
Golpeé la ventana con el puño, no lo suficientemente fuerte como para romper el vidrio, pero sí lo suficiente para sentir el impacto vibrar en mis huesos. El dolor físico era bienvenido. Distracción. Control.
—¿Cómo carajo llegamos a esto? —murmuré en voz baja, mi respiración