POV MIA
El amanecer llegó, pero no trajo alivio. Mi mente seguía enredada en el caos de la noche anterior. Me desperté con la decisión tomada: necesitaba irme. No podía seguir en este lugar, rodeada de recuerdos y dudas, con la constante sensación de que nunca encajaría del todo en su mundo. Mi madre era mi prioridad, y lo único que tenía claro era que necesitaba regresar con ella.
Me levanté temprano. Me miré en el espejo y apenas reconocí a la mujer que veía. Mis ojos estaban hinchados, mi piel pálida, pero algo en mi mirada era diferente: una resolución que no había sentido antes.
Cuando bajé a la sala, Sebastiano ya estaba ahí, sentado en el sillón con una taza de café en la mano. Parecía haber estado esperando. Su mirada se levantó al instante en que me vio, y algo en sus ojos me dijo que sabía lo que iba a decirle.
—Necesitamos hablar. —dije, manteniendo mi voz firme.
Sebastiano dejó la taza sobre la mesa, cruzando los brazos mientras me observaba con cuidado.
—Habla.
Respiré ho