—¡Shhh! —Cierra los ojos y acerca su índice a sus labios, molesto por mi interrupción—. Mejor cuéntame, mamá… ¿Qué hace después Carmen?
—Se enamora de un torero y entonces el soldado, herido y celoso… la mata.
—«Si no me quieres, te quiero; si te quiero, ten cuidado» —dice citando una parte de la ópera, cerrando los ojos y moviendo su mano al ritmo de la música que sigue sonando—. Destruiste al demonio ruso, lo sacaste de su gloria para rebajarlo como un simple mortal y cuando quiso acariciar de nuevo su antigua vida, lo abandonaste por un vil zorro…
—Estás loco y claramente no tienes ni idea de lo que hablas. ¿Quién te envió?
—¡Muy valiente de tu parte llamarme así! —Me toma por la mandíbula obligándome a verlo directo a los ojos—. Tod