CAPÍTULO 47: UNA DECISIÓN IRREVERSIBLE
Me siento frente a la enorme mesa de madera del abogado Park, el hombre que Tae-Young ha recomendado para ayudarme con el caso de la custodia. El despacho está decorado de manera austera, con paredes repletas de diplomas y estanterías llenas de libros de derecho. El abogado, un hombre de mediana edad con gafas y una expresión seria, revisa mis documentos en silencio mientras yo intento calmar mis nervios.
—Señora Fernández, —comienza, levantando la mirada hacia mí— he revisado su situación y debo ser honesto con usted. No asistir a la última citación ha complicado mucho las cosas. En este punto, su única opción viable para evitar la deportación y asegurar la custodia de su hijo es casarse con Tae-Young como ya está planeado.
Siento un nudo en el estómago. Me esperaba esta respuesta, pero escucharla en voz alta hace que la realidad se asiente de manera abrumadora.
—Entiendo —respondo, tratando de mantener la voz firme—. Pero no fue mi culpa no asi