Capítulo 33

- Papi debe ir a un lugar desagradable, ojalá pudiera llevarte para que todo fuera perfecto, mi sladkaya printsessa ‒besa su cuello, ella ríe removiéndose, su pequeña ahora tenía siete meses, verla crecer había sido un deleite, aunque no le emocionaba que se convirtiera en adulta‒. No te vas a volver grande, ningún glupyy mal'chik posmotrit svoimi gryaznymi glazami na tvoye krasivoye litso, yesli on kosnetsya khotya by odnogo voloska, ya zastavlyu yego poznat' ad (estúpido chico pondrá sus asquerosos ojos en tu precioso rostro, si te llega a tocar un sólo cabello lo haré conocer el infierno) ‒suelta en ruso, pensar en eso le hacía hervir la sangre.

- No necesito hablar ruso para saber que acabas de maldecir a un chico que ni siquiera existe y que tardará años en aparecer ‒ríe bajito, se acerca y lo besa de manera casta, su pequeña ni enterada estaba de la rabieta de su papá, estaba entretenida chupando su puño con ganas.

- Ninguno será merecedor de ella ‒refunfuña mientras la pega a su corazón, comienza a cantarle la nana, era demasiado preciada, no podía ni imaginar lo que su vida sería sin ellas.

- O puede gustarle una chica, ¿ella si sería digna? ‒le mira alzando una ceja interrogante, lo ve congelarse por la sorpresa, seguro no había pensado en esa opción‒. Deja a nuestra hija en paz y ve a trabajar ‒ríe mientras se la quita con cuidado, él suspira y asiente de mala gana, la besa con amor, después besa la frente de su pequeña y sale de ahí seguido de Ariosha.

Esperaba con impaciencia a que todo explorara, se reía imaginando la cara de esa estúpida al recibir la carta, seguro lo había mandado al diablo, lo que facilitaba mucho todo, si ella era la que solicitaba el divorcio, le dejaría el camino libre, nadie podría detenerla en convertirse en la dueña absoluta de la mafia, aunque bueno, quizás después de que se aburriera terminaría por matarlo.

- Pequeño, pequeño ‒mira con disgusto al bebé, no sentía ni pizca de amor por él, lo había tenido porque así convenía a sus planes‒, eres mi boleto al éxito, te convertirás en el heredero y te controlaré, será divertido ‒comienza a reír, mataría a esa estúpida mujer y a esa mocosa.

- Mi señora ‒dice uno de sus hombres, había logrado colarse‒, me temo que su plan no ha salido como quería, me informan por dentro que los resultados no inquietaron a la mujer, por el contrario, parecen más unidos que nunca.

- ¡Maldita sea! ‒grita tirando la mesita de noche, escucha al niño llorar, seguro se había asustado‒. Enfermera, saca a ese engendro de aquí ‒chilla la orden con furia, una mujer entra y toma al pequeño, lo lleva fuera del alcance de esa mujer loca, había visto que no le prestaba ni la más mínima atención, había pensado en sacarlo de ahí y ponerlo a salvo en alguna casa hogar o dárselo a alguien que quisiera un pequeño, era lo mejor, incluso había hecho un plan de escape, esa mujer ni siquiera lo extrañaría.

- ¿Qué quiere que hagamos señora? ‒dice el hombre con total calma, estaba acostumbrado a las rabietas de su señora.

- Reúne a todas las pequeñas familias que puedas, iremos contra ellos, estoy harta de ese imbécil ‒se pone de pie, le extiende la mano y este le entrega el móvil, tenía una llamada muy importante que hacer.

Faddei había ido primero a la empresa, necesitaba revisar algunos papeles sobre un nuevo inversionista, habría querido quedarse en casa con sus mujeres

- Señor, tenemos un problema ‒dice Dimitri tras entrar en la oficina sin anunciarse, por su rostro Faddei supo que algo no iba bien‒. Los Cerroni, Giuliani, Angelucci, Sokolov y los Kevyanos se han unido y han atacado nuestras instalaciones y dos pisos francos ‒se pone de pie maldiciendo, en ese momento entra Mark, estaba agitado y no era para menos.

- Nos estamos quedando sin opciones Faddei, no podemos con tantas familias al mismo tiempo, debemos ser cuidadosos, sabes mejor que nadie que lo primero que harán será ir tras Hester y tu hija, así que no te apresures ‒lo ve apretar la mandíbula y golpear el escritorio, se inclina y lo ve sacar un folder.

- Vamos, tenemos cosas que hacer. ‒Ambos hombres asienten mientras salen detrás de él, esto era su culpa y si algo les pasaba, no se lo perdonaría jamás.

- Podemos ponerlas a salvo en el piso franco en el lado oeste, no es muy conocido y seguro no llegaran ahí, en todo caso, podrían usar el túnel de escape ‒hablaba Mark mientras caminaban fuera de la empresa, Faddei tenía cara de póker por lo que no podía adivinar sus emociones.

Suben al auto en un completo y sepulcral silencio, apretaba con fuerza el folder, sólo con eso sabía que estaba furioso.

Nada más llegar baja con tal rapidez que le cuesta un poco de trabajo seguir a su amigo.

- ¿Faddei? Creí que no vendrías hasta la noche ‒le sonríe con cariño mientras daba palmaditas en la espalda de su pequeña, estaba haciéndola eructar.

- Sí, eso planeaba, pero hubo un cambio de planes ‒suelta seco, lo que deja a todos los presentes sorprendidos‒. Hester, quiero decirte que me deje llevar por el tema de la casita feliz, hoy al revisar algunas cosas en la oficina encontré el acuerdo de divorcio que firmé mucho antes del acta de matrimonio, y recordé mi objetivo principal, el poder absoluto de la mafia, algo que ya tengo porque ya pasó más de un año, ver eso me hizo darme cuenta que me deje llevar, pero esto es estúpido, me haré cargo de ella, toma este dinero en compensación y lárgate de mi casa, puedes quedarte con esa horrible casa que compre a tu abuela, ahora podrás estar con ella siempre ‒deja el folder sobre un mueble y sin esperar respuesta sale sintiendo su corazón desplomarse hasta el suelo, la verdad es que no iba a esperar una respuesta porque sabía que se derrumbaría ahí mismo y se arrepentiría de haber soltado aquello que no sentía, quería creer que aquello era lo mejor, al menos estarían a salvo, perderlas era lo único que no podría soportar, fue descuidado y un idiota por no haber arreglado todo antes de que escalara hasta este punto.

- Faddei, ¿qué demonios fue eso? ‒la voz de Mark sonaba furiosa, él niega.

- Intento ponerlas a salvo ‒Mark se sorprendió con el dolor tan profundo en aquella frase, entonces comprendió que su amigo se había arrancado el corazón.

- Pudimos ponerlas en el piso franco ‒Faddei niega, esto era mejor.

- Si ella está lejos, será más fácil para mí concentrarme por completo, al menos sabiéndola fuera de aquí o en algún sitio que fuese peligroso, acabaría muerto ‒sonríe de lado, pero era verdad‒. Ahora vamos y armemos esa estrategia, estoy seguro que ella está detrás de todo esto, casi puedo jurarlo ‒la maldice por lo bajo.

Hester lo vio alejarse sin más, ¿qué había pasado?, ¿por qué tan de repente? Tras acostar a su pequeña toma la carpeta y al abrirla, nota que en efecto, son los papeles del divorcio firmados por él, alza el cheque y lo rompe en varios pedazos, no quería ni una m****a de él. Katina se acerca cuando ve a su señora comenzar a llorar.

- Cuida a Darice, ya vuelvo ‒sube a su cuarto y empaca algo de ropa de ambas, sale con una maleta y la pañalera de su pequeña. Mientras guardaba todo intentaba buscar una explicación razonable, sabía que estaba mintiendo, cuando lo hacía no la miraba a los ojos, algo debía estar pasando y era lo bastante grave como para plantearle el divorcio, su sexto sentido le decía que debía hacer como pidió, quizás era una forma de mantenerlas a salvo, lo conocía demasiado bien, el no podía fingir tanto amor, era imposible incluso para el más excelente y experimentado actor, y teniendo en cuenta lo tosco y frío que era, sabía que no estaba fingiendo.

Baja las escaleras, toma a su pequeña y sale sin volver a tocar la carpeta, caminaría hasta la salida de la propiedad y tomaría el taxi que había pedido mientras guardaba la ropa, besa la cabeza de su pequeña, saber que era por su bien no lo hacía menos doloroso.

Jeanne H.A

Hola, hola, paso a decirles que la historia esta por concluir, uno o dos capítulos apare del epílogo y habrá terminado, gracias por todo.

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