Para Alejandro Millares todo había sido el despertar fue muy similar que el de Dannia. Se sentó en la cama pensando en lo que había pasado, más allá de un dolor de cabeza y una resaca por el alcohol, su cuerpo le estaba reclamando los besos y las caricias a los que fue sometido por Dannia, los extrañaba, sí, su cuerpo los extrañaba como si le perteneciera a ella, era un conflicto entre sí mismo y su cuerpo, pues se obligaba a pensar en ella como la mujer prohibida, pero a su cuerpo eso no le era motivo suficiente.Se obligó a irse a su casa, sabía que en el apartamento Dannia ya no estaba, y no tenía nada que perder ahora.Llegó y Bill, el portero, le dio los buenos días con esa sonrisa característico de él.—Buenos días Bill —le respondióIngresó a mi apartamento, caminó hasta su habitación y al ver la cama desordenada comenzó a recordar cada cosa que pasó con ella, desde ese baile que lo hizo desearla, hasta sus besos y su felación.“¡Maldición! —se dijo frustrado.Quiso dejar de la
Para Alejandro, sin ningún retraso, la gira comenzó por las clínicas, todo quedó tal y como él lo quería, en manos de los mejores mientras se ocupaba de sus clínicas.El primer día llegó con lentes oscuros y su traje de camisa manga larga y pantalón oscuro, saludó a todos los que se cruzaba en el camino, hasta que dio con las amigas de Dannia, las cuales no pensó que trabajaran para él.—Buenos días —las saludó y ellas respondieron amablemente.No se encontró con Dannia por los pasillos, cosa, que agradeció. En realidad, no hubo cosa alguna que aconteciera que llamara su atención ese primer día, pero todo se fue al demonio el día siguiente.—Hoy tendremos como invitado especial al cardiólogo Bruno Flores.Con dolor de estómago por la indigestión que le hizo sentir escuchar ese nombre, miró el televisor donde aquel despreciable ser saldría en pocos minutos.—Te dará mal de estómago si miras ese programa, deja de ser tan masoquista contigo mismo, ¿de qué nos beneficia ver a ese hombre h
—No nos da buena imagen —dijo una de las integrantes del cuerpo directivo del hospital, una que fue amante de Bruno hacía algún tiempo.—¿Y a mí eso qué me debe de importar? —respondió Alejandro —es buena empleada, ¿cierto Antonio?—Lo es —respondió seguro.—Bien, dicho eso, no habrá despido, ¿entendido? No mientras yo no lo acepte.Alejandro era el jefe, era quien mandaba, así que había que obedecer su mandato.Enojado, Alejandro salió de la oficina junto con Antonio, no sabía por cuanto tiempo podría mantener a Dannia en la clínica, y es que Bruno sin saberlo, lo estaba perjudicando nuevamente.—¿Qué hacemos? —cuestionó Antonio.—No lo sé, lo que necesito ahora es buscar si en aquel bar hay cámaras, porque de ser así, Bruno nos expondrá.—De eso me encargo yo, iré a averiguarlo esta noche.¿Quién diría que la noche de pasión entre Dannia y Alejandro diera eso como resultado?—Avísale a Dannia y que se mantenga lejos de Bruno, Antonio, nos vemos después, tengo que ver cómo soluciono e
Alejandro en un movimiento rápido logró evitar el golpe, que prometía, al menos para Dannia, acabar como mínimo con su mandíbula fracturada; tomó la mano de Dannia en la suya y sin dejar de mirarla habló diciendo: —Salgan todos de aquí, ahora. Las personas que estaban en la sala de juntas permanecían allí de pie sin obedecer, era impresionante que Dannia fuera capaz de irrumpir en una reunión importante e intentar agredir al jefe. —Tenemos una reunión importante, no podemos solo salir por la falta de educación de esta —dijo la ex amante de Bruno, acercándose a Alejandro —debemos terminar lo que estamos haciendo. —He dicho que salgan de aquí —la mujer parecía no querer salir, a pesar del mandato de Alejandro —que salgan, ahora —gritó molesto Aquellas personas salieron del sitio, alarmados, cosa que Alejandro le daba igual, tenía algo pendiente que solucionar con Dannia, por lo que la hizo caminar para salir de la sala e ingresar a su oficina, mientras la llevaba a toda prisa, ante
Antonio abordó a Dannia cuando iban de salida, trataba de persuadirla para que aceptara la propuesta de Alejandro, sabía que no era un tema que le competía, pero estando ella bajo la protección de Alejandro podía sacar buen provecho. —Estás loco, ¿de qué hablas? —Cuestionó. —Usar a Alejandro para vengarte —le respondió de golpe, sin rodeos —¿qué dices?, cásate con él, usa su apellido, tendrás el mundo a tus pies, podrás hacer a Bruno pagar por lo que te está haciendo, acepta la proposición de Alejandro. —¡Estás loco! —le dijo con una sonrisa nerviosa y negando con la cabeza —¿por qué me casaría con él? —Porque al amanecer habrá más temas que serán del conocimiento público, sabrán muchas cosas incluyendo que pasaste la noche de bodas en los brazos de mi querido amigo y ya no habrá vuelta atrás, ¿deseas que siga? —negó —bien, porque las publicaciones siguen y siguen, Dannia, de ti depende. Había entendido el mensaje, su vida ahora dependía de lo que Bruno hiciera día con día y tenía
Dannia al llegar a casa se encontró a su padre llorando, se sentía tan culpable de la situación de su hija de debido que, en un momento desesperado por ayudarla, confrontó a Bruno exigiendo detener esta oleada de acoso, cosa que terminó con su Dannia acurrucada en un rincón de su consultorio llena de miedo. —Es que todo esto es mi culpa hija, quise protegerte y no lo logré, empeoré las cosas. Con lágrimas en sus ojos, Dannia lo abrazó, esto no tenía que ver con él, estaba segura que de no haberlo confrontado, de todas maneras, Bruno lo hubiese hecho. —Tranquilo padre, no es tu culpa, todo acabará pronto, verás que Bruno dejará de molestarme —mencionó insegura de sus palabras —por lo pronto, debo asistir a una cena con mi jefe, tenemos negocios que atender, procura descansar temprano papá, te contaré todo por la mañana. Marco no preguntó de qué reunión se trataba, tampoco era como que pudiera interferir en lo laboral de su hija, ya era bastante grande y esa etapa ciertamente ya habí
Alejandro le sonrió y entre los aplausos de los clientes que había en el restaurante, colocó el anillo en el dedo de su ahora prometida, se levantaron de la mesa y con un bello beso cerraron la noche, le dio un fuerte abrazo y a su oído dijo:—No es la primera vez que hago esto, pero estaba muy nervioso, gracias por seguir el juego.Bruno al ver la escena, tomó sus cosas de la mesa y se marchó hecho una furia, mientras que Dannia sonreía en los brazos de Alejandro al ver lo que había planeado.—Gracias por hacer esto por mí y por pensar en esto, me has tomado por sorpresa, pero lo he disfrutado, en serio gracias.—No tienes porqué agradecer, hay que hacer esto muy real, espera a mañana y verás.Ocuparon otra vez sus lugares y con sus miradas buscaron a Bruno, así que Dannia sonrió al recordar las palabras de Antonio: — se morirá cuando lo sepa y llorará peor cuando se hable de tu boda.Al llegar a casa a casa de Dannia, se despidieron con un fuerte abrazo y ella le dio nuevamente las
Afectada por las palabras de su hijo, Clara se levantó de asiento a por él, para detenerlo.—Simplemente no puedo creer que mi hijo sea tan cruel conmigo, sé que estoy pagando mis errores del pasado con tu desprecio, pero he intentado remediar mis errores tratando de acercarme a ti, de aconsejarte y lo único que recibo de ti es desprecio y un recordatorio que jamás me perdonarás, ¿tan mala madre fui? —cuestionó con su voz quebrada, tratando de llegar al corazón de su hijo.Alejandro, respiró profundo y rodó los ojos, molesto, ya que esa era siempre la artimaña para hacerlo doblegar antes sus palabritas llenas de nostalgia.—Eso debes responderlo tú misma madre, no yo, pues, si fuera por mí te diría que efectivamente fuiste una mala madre, siempre defendiendo el hijo de la mejor amiga y dejándome a mí, como el peor, cuando todos decían lo excepcional niño que era, solo tú y papá no vieron lo que los demás sí, por ese y muchos motivos más, es que, para mí, ustedes fueron los peores padr